jueves, 21 de febrero de 2019

ARMAS PARA LA NENA

Cristian dice con voz pastosa al mismo tiempo que su vista se pierde a través del cristal de su copa
__¡Yha she acabaron los refrescos... y todavía quedan dohs... botellas de Ron!¡toman màsh que un bidón sin fondo!
Un grupo de jóvenes de entre 24 y 30 años están en una bohemia en un pequeño apartamento, cuando Cristian intenta levantarse del mullido sillón. Parece que el "reventón" será para toda la madrugada, pero las cervezas tomadas han hecho su efecto. Sus ojos casi cerrados tratan de distinguir a los otros. Dos están recargados en la cantina mientras tres chicas sentadas en el piso levantan sus copas de refresco de cola con Ron. Daniela Escorza se levanta seguida de Dora.Se despereza al tropezar con una silla. Ella y sus amigos Bernardo Acosta, Cristian Ferrer, Dora Valencia, Rebeca de Soto y Octavio Nemes, son empleados del laboratorio mas prestigiado de Estados Unidos, de su filial en México.
Todos son químicos fármaco biólogos con excepción de Lula que es administrativa. Ese fin de semana han acordado pasar la velada en la casa de Dora ya que el lunes es día de descanso de ley y piensan pasarla de lo mejor tomando y jugando para después irse de paseo a una playa del sur del país. Ciertamente no hay nada de qué preocuparse, ninguno de ellos es casado ó casada, todos son jóvenes sanos no mayores de 38 años. Daniela es la más chica con 28 años y no puede imaginar siquiera que esa noche comienza la pesadilla de su vida.
Daniela voltea a mirar a Bernardo y dice al tiempo que trata de equilibrarse.
Nosotras___ dirigiéndose a Dora___iremos por los refrescos, así traeremos algunas bolsas de papas.
Octavio Nemes el supervisor del segundo turno las mira comenzando a burlarse.
__No podrán con tantas botellas.
__¡Claro que podemos! ... Entonces dinos: ¿Quién te cargó hace dos semanas cuando caíste y no podías ponerte de pie?
__No me acuerdo, de verdad.
__¡Cómo te vas a acordar sí estabas bien... borracho!
Mientras salen, a sus espaldas se oyen muchas risas.
Caminan varios metros a la avenida, es más de la medianoche, el aire fresco llega suave al rostro de Daniela haciendo que lo disfrute mirando al cielo.
__Bonita noche, pero hace frío.
Da cuatro pasos y baja de la banqueta.
Al hacerlo un ruido la hace mirar hacia su derecha; se aproxima un auto rápidamente. Se detiene... y el coche también justo a su lado; dos tipos bajan de él amagando y subiéndola velozmente sin dar tiempo a que Dora sepa que pasa.
Y queda ahí mirando solamente. Cuando ha reaccionado grita. Todos salen al escuchar los gritos de auxilio. Octavio abraza a Dora.
__¡Se llevaron a Daniela! ¡Se llevaron a Daniela!
__¡Por dónde se fueron!
Dora señala al final de la avenida. Los humos del alcohol bajan de sus cabezas, Octavio y Cristian buscan a todo lo largo de la gran avenida, aunque todo parece por demás inútil. No logran encontrar rastro del vehículo. Regresan sintiéndose impotentes, deciden dar aviso a la policía. Tiempo después cerca de la frontera con el estado de Oaxaca, Daniela Escorza sale de una inconsciencia provocada; el cuerpo le duele por la posición en la que ha viajado y ahora por el suelo duro e irregular donde la han metido sus captores. Pierde la noción de todo: Lugar tiempo y espacio, se tensa al máximo.
Respira profundo y mira el cuarto pequeño.
La puerta es de madera muy gruesa sin cerradura por dentro, del otro extremo de ella hay muchos cajones de cartón apilados uno sobre otro, algunas ropas salen de ellas regándose a los costados, huelen mal por la humedad. Es un lugar frío y silencioso, medio metro más arriba de su cabeza hay una pequeña ventana sin protección. Como no está maniatada se levanta cautelosa a revisar el cuarto, sus sentidos están alerta, Sabe que el peligro es grande y en un momento dado tendrá que hacer lo que sea para escapar. Escucha ruidos leves, se apea de las cajas. Ignora los motivos por los cuales la han secuestrado, aunque trata de establecer alguna causa. No la encuentra. Dinero no tiene, vive desahogadamente, pero eso es todo. Las imágenes más horrendas pasan por su mente: Tortura, violación... Cierra los ojos y dice en voz baja.
__Tengo que escapar como sea...¡Dios,tengo miedo!
La puerta se abre de pronto. Instintivamente se lleva las manos al pecho, el hombre que entra la revisa con la vista de arriba – abajo. Y así sale diciendo en voz alta.
__Servirá... aunque será para unos momentos, después...
Daniela se estremece de pánico y comienza frenéticamente la búsqueda de una salida.
Busca entre las garras algo que le pueda servir, toma varios pedazos de tela y ropas rasgando y uniendo con un nudo. A continuación apila algunas cajas juntas, a la ventanilla. No hace ruido, le preocupa saber que quizá no tiene tiempo. Como la ventana tiene un cristal de una sola pieza, tiene que rellenar los costados con borra de la misma tela, cubre su mano izquierda para romperlo; no puede esperar a averiguar si del otro lado esta alto ó no. Antes de salir riega todo el cuarto con la ropa más seca y le prende fuego.
Afortunadamente no le revisaron sus pertenencias, trae consigo un encendedor, su cartera y otras cosas.
Entre los harapos encuentra unas tijeras y las guarda. Mientras baja los músculos se contraen con dolor, están por acalambrarse. Teme que la cuerda improvisada no resista sus 57 kilos. El fuego se propaga con rapidez, ya para entonces los moradores de la casa se dan cuenta de la situación. Aún ella escucha los gritos y reclamos, teme no salir con vida de ahí.
__¡Apaguen este fuego!  ¡Se quema la casa!
Comienza la confusión. Entre todo ello alcanza a escuchar el llanto de una mujer y pasos acelerados, se agazapa bajo unos matorrales del jardín. Desde ahí mira como el fuego se apodera de la casa de cuatro habitaciones en dos niveles. Varias chicas semidesnudas y hombres armados salen en tropel cual caballos, de inmediato comienzan a disparar al ver a Daniela, pero ella corriendo un gran riesgo alcanza a tomar a una joven expuesta a los disparos, jalándola mientras trata de cubrirse. Las dos mujeres echan a correr. Daniela se dobla un poco al sentir algo caliente en la pierna izquierda, mientras la otra desafortunadamente cae muerta con varios impactos en el cuerpo. La mira caer, de pronto no sabe qué hacer pero no tarda en reaccionar, no espera a saber si ha muerto, lo único que la impulsa a huir es su terror a que la capturen.
¡Corre, corre,corre..! Cae un par de veces levantándose con mucha dificultad, la herida es sumamente dolorosa pues la bala está ahí, alojada en su muslo. La tercera caída es más dura, su cara golpea contra la saliente rocosa y se desmaya; está a merced de sus captores que la buscan para matarla.
Pero tiene suerte.
 A los primeros rayos del sol en la mañana intenta incorporarse lastimosamente. Revisa sus lesiones y suspira al ver que mueve la pierna y no ha perdido circulación, aunque esto no deja para que el dolor siga. Por otro lado el rostro muestra ya los moretones de las caídas principalmente, uno muy notorio en el maxilar inferior del lado derecho. Traza una ruta y la sigue en línea recta; esta a muchos kilómetros de alguna cuidad o poblado. Mira a su derredor, sólo ve montañas y sembradíos.
 Después de muchas horas de camino, pasando por riachuelos, colinas, caminos pedregosos, sale a una llanura en donde a lo lejos se perfila una carretera, el sol de la tarde clarea los montes con sus últimos destellos. Quiere parar un coche pero es una zona casi desértica, los pocos transportes que pasan le miran indiferentes y siguen de paso. Un autobús de pasajeros procedente de la ciudad de Puebla para, el chófer la mira en aquellas condiciones. Daniela se aproxima, con dificultad le habla.
__... ¿Puede llevarme? Por favor, me asaltaron.
El chófer titubea pero acepta.
__Bueno, suba.
Los únicos pasajeros que se dan cuenta de ella son dos mujeres que viajan en los primeros asientos. 
Son de edad avanzada, al darse cuenta le interpelan.
__¡Por Dios niña!  ¿Qué te paso?
__Me asaltaron... y se llevaron mi coche.
El hombre dice, se siente junto a él. Daniela interroga, quiere saber dónde está.
__¿Viene de la Ciudad de México?
__No. Vengo de Tesiutlán, Puebla. Estamos saliendo del paraje los conejos, estamos entre el limite estatal de Oaxaca y Puebla.
__¿Y... Hasta donde llega?
__Salina Cruz.
¡Estoy muy lejos!—dice en voz baja.
El autobús sale de carretera, toma un tramo hacía la terminal de paso.
__Gracias por traerme.
El buen hombre le extiende unos billetes.
__Espero le sirvan. Aunque sea para comer algo y hacer unas llamadas.
__Gracias...de verdad.
 Camina en busca de un teléfono, la pierna le duele aún, espera haya un médico en aquel lugar.
Después de cuatro calles se introduce en una tienda. Un anciano y su mujer atienden los anaqueles, el espectáculo que ven es patético: Las ropas de la chica se enjugan entre sangre y tierra; sus botas negras fuera del pantalón han adquirido un tono claro de tanto polvo y lodo. Las manchas de sangre en torno a la herida hacen de los jeans grises algo asqueroso al punto. Tal vez la camisa de algodón a cuadros es lo único que se mantiene limpia. Camina hasta el mostrador donde está el teléfono.
Necesito el teléfono___dice al hombre__espero sea público.
Hay silencio. Insiste.
__Necesito hablar para que vengan por mí... pagaré la llamada.
La señora se aproxima cuando la chica desespera.
__Pasa, muchacha.
Mira su pierna.
__¡Estas herida!
__Yo... sólo quiero...__No digas nada. Primero y antes que nada, te tienen que revisar esa fea herida. Aquí tengo un pequeño botiquín, te curaré. Cuando alguien se lastima por aquí vienen a verme, porque el médico sale a otros pueblos. Ahora ha salido a atender un parto y parece que va tardar más de la cuenta.
__No sabe como se lo agradezco.
Al intentar limpiar la herida la anciana se da cuenta de algo.
__He ayudado muchas veces al médico y esto no me gusta. ¿Que te pasó?
__... Me dispararon.
El gesto amable de la mujer cambia de pronto y dice secamente.
__Habla por teléfono y vete cuanto antes.
Daniela no dice nada y se encamina al teléfono. Trata de comunicarse a la ciudad de México pero…
__¡Diablos, no sé cuál es la clave! ¿Oiga señor, Cual es la clave lada para la Ciudad de México?
__Ahí a tu derecha hay un directorio.
Cuando logra entablar comunicación con el Dr. Timerman, Director General de los laboratorios...
__¡Daniela! ¿Dónde estas? La policía te está buscando, todos estamos muy preocupados.
__¡Doctor Timerman, hable con mi familia, diga que estoy bien...! Estaré bien.
__Bien, de acuerdo. Pero dime donde estas para mandar por ti.
__En un pueblo de Oaxaca... Creo que se llama La asunción.
__No te muevas de ahí. Diré a Cristian y Octavio que vayan por ti de inmediato.
Daniela quiere replicar pero algo en la calle llama su atención. Una camioneta Ford se detiene frente al negocio colindante, la chica reconoce el vehículo. Lo ha visto al salir corriendo de la casa de seguridad...
 Y a uno de sus captores.
Lentamente cuelga el teléfono, pero su cara es lívida.
__¡Tengo que esconderme!
Se aproxima el anciano.
__Tengo que irme¿Tiene una puerta trasera?
Como él no dice nada lo sujetó de la percha, violenta.
__¡Sí no me dice como salir, vendrán a matarnos a todos!
Hace señas hacía la parte de atrás y se aleja trastabillando por la puerta de despacho. Al cabo de unas horas descubre el dispensario del doctor. Está cerrado, supone que aún no regresa. Forza la puerta, y entra. Inmediatamente abre un anaquel y coloca un vendaje muy apretado en su muslo, así evitando que siga sangrando. Comienza a oscurecer,
Las últimas nubes arreboladas dejan poco a poco el color naranja en los arboles, para sumergirse en una oscuridad tenue.Lentamente se deja caer en el diván de la consulta, va adormilándose hasta que un ruido la sobresalta. Atisba por la ventana. Observa a dos hombres que caminan presurosos hacía el centro del pueblo. Puede escuchar lo que dicen.
__¡Asaltaron la tienda de los viejos... parece que mataron a Don Ricardo!
Se tapa la boca con las manos para no gritar, sabe bien que ha pasado. Escucha cuando la puerta se abre, da dos pasos atrás. El hombre que entra es alto, moreno y de faz apacible, por la bata blanca deduce quien es.
__Buenas noches. Por lo que veo no esperó a que yo regresara.
__¿Viene usted de la tienda?
__¿Cómo sabes si provengo de ahí?
__Escuché... a dos personas... cuando pasaron por aquí y decìan...
__Sí. Desgraciadamente el corazón le falló al hombre.
__¡Murió del corazón!
__Un infarto fulminante. Debió ser una gran impresión. Adelaida esta tan inconsolable que no sabe que decir.
El doctor parsimonioso acomodó sus cosas mientras observa despreocupado la herida.
__¿Qué te pasó? Te ves mal.
Daniela repitió la misma historia del asalto, a ella misma le parecía ridícula.
___Voy a revisarte las lesiones.
La chica lo mira decidida.
___ Le ahorrare tiempo que no tengo: Traigo una bala incrustada en mi muslo, me dispararon de lejos.
El doctor suspira indulgente.
__En ese caso hay que sacarla ó la hemorragia no se detendrá. Voy a pasarte a rayos para ver su posición. ¿Traes algún tipo de arma?
__¿Qué? ... yo no...
__Está claro que tengo que atenderte. SOY DE LOS POCOS ESTÚPIDOS QUE CREEN EN EL JURAMENTO DE HIPÓCRATES Y ANTES QUE EL DINERO, ME INTERESAN MIS PACIENTES, AUNQUE NO SEAN PERSONAS DE LO MEJOR.
Daniela perturbada no atina que decir, obviamente el doctor piensa que es una delincuente o algo peor y a pesar de creer eso está siendo generoso.
Aún él, inquiere.
__No me interesa saber porque te dispararon, sólo quiero que te vayas cuando haya terminado.
Cerca de las doce sale de aquel lugar caminando por la oscuridad para no ser vista.
Entre tanto en la ciudad de México el panorama para sus amigos en los laboratorios no es muy placentero.
Los químicos de la sección 14 de epidemiología hablan con el supervisor.
Hay tensión en el ambiente pues saben que para acceder a los códigos más importantes es necesario que Daniela los proporcione.
Bernardo entra a la oficina del Doctor Timerman.
__Me mandó llamar.
__Sí. ¿Porque no se han reportado Cristian y Octavio?
__Salieron con mucho retraso, posiblemente ahora estén...
__¿Cuál retraso?
__Intentaron acceder a los archivos de Daniela.
Timerman se molestó muchísimo.
__¡Claramente les dije que fueran a recojerla, sólo Dios sabe por lo que este pasando! Es una muchacha hija de familia__dice con más calma__que nunca en su vida ha tenido que enfrentar un problema. Quiero que pienses que va hacer en esas circunstancias. Casi todo el tiempo sus padres se encargaron de resolverle todos los asuntos que pudieran ocasionarle un dolor de cabeza; no está preparada para enfrentar un caso de vida ó muerte... Aunque sea la suya.
__Entiendo, pero si no conseguimos los accesos a su archivo pronto, los procesos de las sustancias DELTA no se procesaran a tiempo y tendremos que descomponer varios activos. Sabe lo que eso significa.
Mientras sobre la carretera Cristian acelera, trata de esconder su angustia cuando a su vez a Octavio le preocupa que no vayan a provocar un accidente.
__Quiero llegar de una sola pieza, Cristian.
__¡Daniela puede necesitar ayuda urgente!
__Cierto, pero no se la vamos a dar nosotros, si no llegamos.
Cristian voltea a verlo disgustado pero reconociendo que tiene razón.
__Recuerda que ella sabe que vamos. Nos está esperando.
Comienza a amanecer cuando el coche Ferraro entra al pueblo donde hay poco movimiento. los pocos comercios apenas suben cortinas y uno más atiende el puesto de artesanìas.
Octavio pregunta.
__¿Crees que este bien?
__Espero con toda mi alma que sí. No entiendo porque la trajeron a este lugar tan... tiene todos los servicios pero no hay gente en las calles.
En esos instantes del otro lado del pueblo Daniela se levanta y echa a caminar, esta dolorida, con sueño y desorientada. El lugar es algo grande, las calles son adoquinadas, con kioscos; tal vez su población no supera los 3,000 habitantes pero como es ruta de paso para el turismo cuenta con la infraestructura necesaria.
 Al dar vuelta en una esquina se encuentra de frente con uno de sus secuestradores.
__Volverás con nosotros. Después de todo eres un obsequio.
Quiere abrazarla para inmovilizarla, pero ella en un intento desesperado le araña el rostro y con la misma pierna lastimada le propina un puntapié en la barbilla que lo hace caer hacía atrás. La chamarra café deja al descubierto una pistola 45 y sin dudarlo se la arrebata. Cuando el tipo se incorpora rápidamente Daniela ya le apunta. Antes que reaccione dispara; Al caer al piso ya se encuentra en el infierno. La bala penetra por la mejilla derecha.
Su cómplice, un hombre alto de barba tupida y cara enjuta sube a su camioneta y la abalanza sobre la chica.
Queda petrificada, en el último momento se tira al suelo evitando el atropellamiento; nunca suelta el arma. Se levanta corriendo en dirección contraria a donde se encuentran sus amigos.
__¡No me abandones ahora, Dios mío!
Pero la suerte no está de su lado. Al intentar disparar se da cuenta que el cargador esta sin balas. De pronto... un silencio total. Tal, que sólo se escuchan algunos ladridos; Entonces siente un brazo poderoso que rodeaba su cuello. Forcejea sin resultado.
__No hagas que te mate como a los pollos... Esta vez no podrás escapar.
Es el mismo que intentara atropellarla.
Con verdadera furia la arrastra literalmente a un sitio semi- abandonado con su mano amordazando su boca; mientras dice:
__¡Pagamos demasiado por ti...! ¡Nadie te espera, tus lindos padres se pasean ahora por Cancún! ...¿Y sabes que? ¡También a ellos los vamos a matar!
Daniela ahoga un grito infernal. De pensar que sus padres estuvieran en peligro los latidos del corazón se apresuran, la lengua la siente tan seca, las manos duelen de tensar los músculos. Como puede se zafa, toma un gran tablón golpeándolo en la cabeza una, otra vez, hasta que no se mueve. La herida se abre sangrando nuevamente, trastabilla atrás y al volver la cara ésta pega con algunos tubos dejándola inconsciente casi encima del cadáver.
Cristian y compañía preguntan a todos.
__¿Ha visto a esta persona? ¿Ha visto a esta mujer?
__No hemos conseguido nada en todo el día.
__¡Debe de estar aquí!  Timerman aseguró que este es el pueblo de donde habló. Debimos avisar a la policía, seguramente quien ó quienes la secuestraron la estén buscando.
__¿Qué hacemos ahora? La gente no sabe nada ó no quieren hablar.
__No lo sé. Falta una hora para que oscurezca, sigamos preguntando. Esperemos encontrar algo.
Siguen caminando hasta que Octavio descubre la tienda que ostenta un moño negro en la puerta.
__Ahora entiendo porque algunos no desean hablar.
__¿De qué estás hablando?
__Soy de pueblo. En algunos lugares el luto alcanza a toda la comunidad por que todos se conocen, muchos son familias; ese moño es nuevo. Así que el duelo es de todos; y a eso agregamos que dos extraños anden haciendo preguntas, resulta lógica su actitud.
__Entonces si necesitamos alojarnos... ¡Nos van a mandar al diablo!
__No te preocupes, habrá la forma de ganarnos la confianza de alguien.
__Esta incertidumbre me está matando.
Daniela sigue desmayada, mientras de la cabeza del muerto sale sangre empapando todo a su alrededor.
Minutos después abre los ojos lentamente, su mano izquierda nada en un charco púrpura; la mira horrorizada. Voltea del otro lado y su cara queda a escasos dos centímetros de la nariz del cadáver. A punto de explotar por la presión se levanta nuevamente. Esta vez se queda ahí mismo en las ruinas de lo que parece una bodega; acuclillándose entre dos enormes cajas de madera llora como nunca en su vida lo que ha hecho. Puede leerse en una de las cajas a su costado la leyenda:”Made in México.”
Las calles se van quedando vacías a esa hora: 07 horas pasado meridiano. El único sitio activo hasta entrada la noche es la terminal de autobuses. Ahí llegan los químicos.
__¡No está en este maldito pueblo!
__No puedes asegurar eso.
__¡Tenemos todo el desgraciado día buscándola! ¡Tal vez fue obligada a decir que estaba aquí y en realidad la tienen quién sabe donde!
Salen a la calle.
__Será mejor que...
No termina la frase cuando veloz una patrulla pasa a su lado haciendo sonar la sirena. Preguntan a un hombre que viene en dirección contraria a donde la unidad policíaca diera vuelta.
__Espere señor, disculpe... ¿Qué pasó allá? Vimos pasar una patrulla.
__Creo que encontraron un cuerpo.
__Un... ¿cuerpo?
El hombre dice con fastidio.
__Un m-u-e-r-t-o... ¿Ahora sí, entendió?
Cristian quiere preguntar si es hombre ó mujer, pero el tipo se va.
__Vamos a ver y roguemos a Dios que no sea ella.
El lugar esta acordonado ya, la poca gente se arremolina cuando dos policías largan a los morbosos.
__¡Vayan a sus casas, no tienen nada que hacer aquí!
Cristian asomándose entre dos mujeres dice al policía que está más cerca del cuerpo.
__¿Puedo identificarlo?  Estoy buscando a una amiga.
__No creo que sea ella... es hombre. De todos véalo, a ver si lo conoce.
Corre la sábana. Cristian hace un gesto de repulsión.
__No, no lo conozco y...
De pronto repara en que el muerto sujeta en una mano una cadena muy fina con un dije en forma de una muñeca. Sólo termina de decir.
__Pobre hombre...
Ase fuerte el brazo de su amigo y lo obliga prácticamente a alejarse de ahí. Octavio se suelta molesto.
__¡Qué rayos...!
__El tipejo que mataron trae la cadena de Daniela con el dije de muñeca que le regaló Dora el 14 de febrero.
__¿Y cómo sabes que lo mataron?
__Tiene un hoyo de bala en la cara. No creo que sea de un piquete de abeja.
__Que chistoso.
__No seas buey, eso quiere decir muchas cosas. Daniela está aquí, ese sujeto la perseguía y sí se enteran que la buscamos... ellos nos encontraran. Pero ya estaremos avisando a la policía Federal.
__Aquí hay policía.
__El secuestro es un delito Federal.
__Necesito salir más a menudo de los laboratorios.
Mientras Cristian hace una llamada por teléfono portátil Octavio descubre a lo lejos dos tipos que los observan a su vez recargados sobre una barandilla de una banqueta, fumando.
__Cristian tiene razón, nos encontraron.
Octavio le señala a los maleantes con la mirada. Echan a andar sin mirar atrás. Quienes les siguen portan armas a la cintura discretamente, su indumentaria era clásica de los rancheros que viajan al Norte del país: Chamarras de cuero, botas de vaquero, cinturones anchos y camisas a cuadros.
Sí. Son matones a sueldo. Lo que no saben estos, es que a la llamada de Cristian se ha activado en la base de la policía Federal cerca de ahí y están en camino al pueblo. Así que para cuando Cristian y Octavio son encañonados ya dos unidades entran por la avenida principal, pero sin ruido ni destellos.
En tanto Octavio se quita su gabardina color vino arrojándola al suelo a petición de sus asaltantes.
Cristian hace lo mismo con la suya, pero en el último instante la arroja a sus caras y aprovecha para derribar a uno mientras Octavio golpea al otro con su puño en la cara. Sin embargo, una pistola reluce ante ellos y escuchan la voz ronca.
__¡Te voy a matar hijo de…!
El policía Federal entra al parque donde están y dispara certeramente cuando el matón lo descubre y le apunta. Cae muerto en tanto el otro se rinde levantando las manos sobre la cabeza y gritando.
__¡No me maten, ya solté la pistola, no disparen!
__Necesitamos que nos diga donde esta nuestra amiga. Se llama Daniela Escorza, es delgada de cabellos largos rizados, blanca como de 1. 65, tiene 28 años. Estos tipos la secuestraron hace tres días.
El oficial discretamente presiona psicológicamente.
__Será mejor que digas sí sabes algo. De este lugar a la comandancia Federal no tendrás atenuantes, tus delitos son Federales, no hay fianza y...
__¡Está bien, está bien!  …El que le dicen” El astillado” vino con otro en una camioneta a buscar no sé a quién.
__¿Porque nosotros?
__ Por la ropa pensamos que serían buenos clientes.
__¡Desgraciado!
¿Que camioneta era? ___ pregunta Octavio. En ese momento se acerca otro oficial.
__Es una Banner negra último modelo con placas de Texas, pero no sé cuales sean.
El que ha llegado dice:
__Hay un aviso de esas mismas características cerca de una bodega abandonada a la salida del otro lado del pueblo.
Rápido se encaminan allá.
Cuando bajan de la patrulla el silencio del lugar no augura nada bueno. Octavio contiene el aliento. Cristian se adelanta buscando entre las sombras. Con una tenue luz de la calle puede ver la figura de una mujer. Ella se levanta lento y llorando quedo, pensando son los asesinos; pero al tener una visión más clara del lugar Cristian la distingue mejor, con el asombro pintado en su cara. Es una chica herida, muy sucia y llena de sangre.
 Daniela al reconocerlo corre con dificultad a abrazarlo.
Es tan fuerte que se escucha cuando sus cuerpos chocan, al tiempo que Cristian la consuela. Inmediatamente la trasladan al hospital más cercano seguidos de una unidad de la policía.
Días después al darle el alta la llevan a la ciudad de México.
Un día lunes cerca de las 11 hrs. Daniela camina por un pasillo de los laboratorios cuando se encuentra con Bernardo.
__Me alegro que volvieras bien. Y que bueno que nos diste los códigos de acceso a tiempo.
__Hicieron mucho por mí, se los agradezco mucho.
__¿Para qué son los amigos, según tu?
Cristian llega solícito.
__Hola. ¿Necesitas algo, Daniela? Lo que sea.
__Gracias, de verdad. Estoy bien.
__Los dejo, voy a ver si Dora está terminando el proceso de lidocaína.
La chica lo mira extrañada.
__Un momento Bernardo. ¿Qué… Dora no es del nivel 16?
__Sí, pero desde que tú... Ya sabes, me ha estado auxiliando en la descomposición Delta.
__¿Desde cuándo Dora tiene capacidad para descomponer un químico tipo Delta? Para eso se necesitan por lo menos cuatro años de experimentación de campo.
__No lo sé. Lo que sé es que lo hace bien, y está autorizada por Rebeca.
Se miran entre sí.
__Creo que”tenemos” que hablar con Rebeca.
La mencionada sale de la oficina del Dr. Timerman cuando La intercepta Dora.
__Es necesario la salida de una muestra.
__El Dr. Timerman me acaba de revocar mi condición de supervisora hasta que se termine el proyecto Delta.
Dora finge no importarle aunque hace un gesto de contrariedad.
__Puedo preguntar ¿por qué?
__Parece que no confía en mí.
Y se va.
Dora entra en el laboratorio y sigue trabajando, nerviosa e inquieta. Entra Daniela y voltea al sentirla, al verla tira un frasco de solución salina. Su visitante está tranquila, la mirada es fija, escrutadora, mordaz.
__No quise que te asustaras. ¿Qué té pasa?
__Lo... que pasa es que... no sabía que habías vuelto.
__Regresé hoy apenas hace unas horas. Bernardo me dijo que estás descomponiendo aditivos tipo Delta.
__Bueno... Estoy aprendiendo.
Daniela sólo se limita a mirarla y sale dándole la espalda al tiempo que dice.
__No te equivoques, Dora Lis.
Esa noche Dos enamorados se manifiestan su cariño en forma muy romántica en un café. Él toma sus manos entre las suyas, mira sus ojos claros color aceituna cuando dice enamorado.
__Gracias por darme esta oportunidad, cuando pasó todo eso...
__Cristian, no quiero hablar de eso... Por lo menos no en un tiempo, por favor.
__Discúlpame. Aunque me gustaría saber que hay detrás de todo lo que té pasó.
__No hagas arrepentirme de haber cedido a tus pretensiones amorosas. Lo sentiría mucho porque eres demasiado agradable para mí y... hace tiempo que esperaba que te acercaras, siempre estabas metido en tu laboratorio, casi no hablabas hasta que comenzaste a juntarte con nosotros y ese día en la fiesta...
__Hay algo que tengo que decirte aunque no te agrade, después me corres si quieres.
La noche de la fiesta mire el reloj de pared eran las 11: 45, cuando tú y Dora fueron a la tienda de la esquina.
__No tiene nada de raro.
__Deja que continúe. Cuando llegamos al escuchar los gritos de Dora, eran las 12: 27, ella estaba a no menos de 500 metros de la casa, como no hubo movimiento en las calles a esa hora la pudimos oír bien; lo menos que haces a pie hasta la Súper-tienda son cinco minutos. Dora dice que todo sucedió muy rápido para darse cuenta de lo que sucedía ¿Entiendes ahora?
__Dora comenzó a gritar casi veinte minutos después...¡Dios mío!
__Es demasiado extraño. Sospecho es que Dora tiene algo que ver en esto. También esta el hecho que la hayan cambiando a un nivel que no es su área.
__Mis padres están muy preocupados por que siga trabajando en los laboratorios. Ayer tuve una discusión con mi madre. Insiste en que debo irme a trabajar a Houston, allá tenemos amigos; le dije que tengo que terminar mi contrato aquí.
__Supongo que no le dijiste toda la verdad.
__Sería demasiado crudo enterarse que su hijita querida, que antes no mataba una mosca ahora...
__Está bien, dejemos esto para más tarde. Ahora te propongo algo. ¿Vamos a bailar?
__¡Estás loco! Traigo un traje Sastre.
__De todos modos estas preciosa, y a los otros que les importa si vamos desnudos.
La hace reír. Como en varios días no esboza una sonrisa.
Al día siguiente Octavio habla con Rebeca a la salida del café que se ubica dentro de los laboratorios.
__Necesito una autorización para sacar dextrometorfano. Estoy por terminar mi proceso 4.
__No estoy en condiciones ya de dar autorizaciones. Ahora quién se encarga de eso es la Dra. Cohen.
__Pero tú autorizaste a Dora a trabajar en el nivel 16 cuando es de nivel 10.
__Es recomendada del Profesor Bastos.
__Es uno de los accionistas de los laboratorios.
__Así es. Lo que no entiendo es que sí, es gente de buen nivel profesional, pero la metieran a un área donde ya hay expertos. Deberías hablar con alguien más que no sea yo. En estos días tengo mucho trabajo. Adiós.
Más tarde Octavio entra sin ser visto al área de trabajo de Dora. Cristian le sigue de cerca.
__¡Qué diablos haces aquí!
__¡Shhh! Calla.
A continuación enciende la computadora de escritorio, comienza a buscar algo que no sabe que es.
__Té estas metiendo en problemas.
__Es lo que digo de ti. No deberías estar aquí.
__Bueno yo... Vine a buscar a Dora pero...
En ese momento ambos miran la pantalla.
__Aquí hay un archivo que no es del programa.
Intenta abrirlo pero la computadora pide la clave de acceso.
__¿Cuál puede ser?
__Probaré con varias.
__¡Puede ser una en cientos de composiciones!
Al cabo de varios intentos logra abrir el archivo.
__Octavio, es una forma de banco.
Ambos se miran incrédulos.
Cristian prosigue.
__Esta cuenta está a nombre de Dora y tiene un deposito del 23 de mayo de este año, por ¡25 mil dólares!
Octavio piensa un instante.
__Ese día secuestraron a Daniela.
__Necesito sacar una copia de esto.
En ese instante Octavio mira hacía el pasillo, ve que Dora se aproxima, pero casi por abrir la puerta es detenida por el Dr. Timerman. Al entrar ella no encuentra nada fuera de lo normal y sigue con su labor.
Las cosas están complicándose para todos de alguna forma, incluso para los padres de Daniela, quienes una vez más tratan de proteger a su hija pensando que es una chica débil de carácter.
La señora Fuente es de la alta aristocracia con los prejuicios propios de su clase social, no así su esposo el señor Escorza quién proviene de la clase media. Ella es ambiciosa; nunca ha estado de acuerdo en que su única hija estudiase Química fármaco-biología; hubiera querido que siguiera la carrera de su abuelo: Un gran maestro en letras y literatura, reconocido internacional. No. Las metas para Daniela las ha fijado ella desde los catorce años, y en ocasiones llegar ser un verdadero fastidio para su hija.
Lo que a continuación pasa marca la vida de muchos entre ellos los amigos de Daniela. La de ella ya está marcada y aún le espera mucho por venir.
Un sábado por la mañana Rebeca, Bernardo y Dora se reúnen en un pequeño jardín a las afueras del trabajo, conversan animadamente dirigiéndose a la entrada cuando Bernardo cae al suelo, muerto. Un auto sin placas de vidrios polarizados cruza frente a él y disparan tantas veces que su cuerpo se desmadeja como un muñeco. Dora se cubre en un buzón, pero Rebeca alcanza a ser herida en las dos piernas. La gente corre a ellos, mientras un hombre habla por su teléfono sumamente nervioso.
__¡Es una emergencia, mataron a una persona y hay heridos!  ¡Sí, es una balacera... Estamos afuera de los laboratorios OMEGA!
Entre tanto, dos mujeres de intendencia corren a la calle. Daniela se da cuenta. Pregunta con angustia que pasa.
__¡Les dispararon a unos empleados de aquí!
Daniela se pone lívida y corre con ellas. Cuando llega, las unidades de emergencia hacen su trabajo.
Se arrodilla junto al cuerpo de Bernardo. Llorando cubre el rostro con la sábana, un policía la insta a levantarse; se percata que Dora se escabulle entre la gente. La sigue hasta un callejón, ahí Dora se quita la bata y después la blusa de seda. Abajo trae un chaleco antibalas. Lo deposita en un bote de basura y regresa. Sólo que de frente se encuentra con Daniela que le cierra el paso.
Sintiéndose descubierta no sabe que decir.
__¿Estás bien, Dora? Vine a buscarte porque te apartaste de pronto y pensé que querrías estar sola.
__Este... sí, de pronto me sentí mal y quise vomitar... Todo fue tan rápido que...
__No te preocupes, sé por lo que pasaste. “Recuerda que tuve la terrible experiencia de matar a alguien” y la muerte es terrible.
Estas últimas palabras las recalca con un gesto de sarcasmo extraño en ella. Sabe que sus sospechas y por lo que acaba de descubrir no pueden ser evidencia así que calla todo. Dulcemente conduce a Dora al interior de las oficinas recomendando a una compañera.
__Será mejor que le den un té ó un calmante.
Su novio y Octavio llegan.
__Acaba de presenciar algo terrible, debe descansar.
 Me siento bien, de verdad__dice Dora.
__Nada. Ve a casa. Debes prepararte para cuando te llamen a declarar.
Cuando se la llevan los tres se miran a los ojos tratando de adivinar sus pensamientos. Daniela es quién se atreve.
__Tenemos que hablar muy seriamente ¿Saben lo que pasó allá fuera?
Octavio contesta indignado y aguantando el llanto.
__Mataron a Bernardo.
__Los espero en mi casa cuando salgan.
Cerca de la nueve de la noche ambos suben al coche de Cristian rumbo a la dirección convenida, sin embargo, en un semáforo un camión tipo correo se empareja y en la marcha intenta chocarlos; Cristian maneja evadiendo postes, hay un momento en que piensa que volcarán; afortunadamente dos patrullas permanecen en el siguiente alto y los persecutores deciden largarse. Un oficial les recomendó:
__No pueden circular sólo con una luz delantera.
__Es que chocamos... pero quedamos con nuestros respectivos golpes y en este momento vamos a un presupuesto para la reparación.
__Pues que sea un buen trabajo, porque quedó muy golpeado de la parrilla.
__Gracias, oficial.
Después...
__Pongamos las cosas en orden ó me volveré loca. Primero: Me secuestran no sé para que, porque no tenían la intención de pedir rescate. Segundo: Matan a Bernardo a las afueras del laboratorio, resulta lesionada Rebeca y descubro a Dora Lis quitándose un chaleco protector que sólo usan los policías. Tercero: Tratan de chocarlos ó quizá los quisieron secuestrar también a ustedes...¿Qué malditos nos está pasando, por Dios?
__Hay algo más...Descubrimos que Dora tiene archivos personales en el laboratorio con cuentas de banco a su nombre. Ninguno de nosotros gana tanto dinero, y en dólares.
__Tengo una gran incertidumbre en torno a ella... pero no se puede probar. En los dos atentados anteriores y ahora, estaba ella presente, en el primero tuvo que esperar casi media hora para que alguien llegara a saber que pasaba...
__Sólo les dio tiempo a que se alejaran.
__¡Cierto! Y en la muerte de Bernardo se protegió.
__Tenemos que investigar por nuestra cuenta y descubrir que está pasando. Por lo pronto Dora se convierte en la primera sospechosa.
Octavio habla por los demás.
__Buscando no encontraremos nada, mejor hagamos que nos busquen, de cualquier manera andan tras nuestro bello trasero.
__Estoy de acuerdo contigo. Consigamos una hermosa carnada__Dice refiriéndose a ella. A lo que Cristian Grita que no.
__¡Ahora no te expondrás más, recuerda todo lo que te pasó!
__¡No viviré tranquila con el maldito miedo de sentir que vendrán por mí! ¡Yo maté a dos, pero en realidad nunca detuvieron a los jefes de la banda, deben ser más y no creo que los que atacaron hace un rato sean de la competencia!
__Está bien... Pero creo que aún, debemos dar parte a las autoridades.
Pasan parte la noche planeando la estrategia. Como llegan a la conclusión que los códigos de acceso al proyecto Delta son la clave de todo aquello, también que Daniela y el Dr. Timerman son los únicos que los manejan, deciden armar una trampa en torno a estos.
Al paso de los días parece todo normal. Los empleados realizan sus jornadas sin aspavientos, la seguridad en el estacionamiento es normal, después de la muerte de Bernardo; Rebeca convalece en su casa sin complicaciones. Hasta que Ernesto Timerman manda llamar a los químicos del área de control de Psicotropicos. Ellos son Daniela, Dora, Octavio y Cristian. El rostro del Doctor tiene preocupación, ligeras arrugas marcan sus ojos al entornarlos.
__Los mandé llamar para decirles esto:
Los reactivos 897 que sirven para la descomposición de fármacos tipo Delta fueron llevados a Nueva York.
Todos quedaron boquiabiertos.
__Como saben nos son indispensables para terminar el proceso de análisis. Únicamente quedan tres anaqueles con 20 reactivos, son pocos pero con ellos terminarán los procesos que faltan.
Dora interrumpe.
__… ¿Porque se los llevaron, Dr. Timerman?
__Fueron Ordenes de la oficina matriz. Ellos terminarán lo que nosotros comenzamos. Por la misma situación ahora Daniela les dará los accesos vía red en forma directa con un password. Deberás hacer esto__dirigiéndose a ella__ a más tardar en 12 horas, Daniela. Ya que los embarques ya se están realizando.
Daniela asintió.
__Es todo, señores. A trabajar.
Minutos después Dora habla por teléfono en el estacionamiento. De lejos la observan desde la cafetería.
Creo que esa llamada es clave__dice Cristian. Prosigue.
__Ahora tenemos que vigilar a Daniela, seguramente van a intentar algo.
Yo vigilaré a Dora__dice Octavio.
Daniela cruza los pasillos que conducen a la base de datos de las computadoras, la vigilancia no es problema. Bajo la bata lleva una pistola dentro de la pretina; un hombre con uniforme de electricista la alcanza antes de entrar, suavemente la toma del brazo y en voz baja le indica que esta armado.
__Acompáñeme. Cualquier cosa que diga ó haga que no me guste, y la mato... Y no importa si muero, eso le demuestra que no tiene ninguna oportunidad.
Salen al estacionamiento como si fueran dos amigos que platican. El tipo la hace subir a un auto Toyota seguidos de lejos por Cristian. El Dr. Timerman temiendo que algo salga mal en los planes decide avisar a la policía.
Octavio a su vez no deja de observar como Dora toma un descanso fumando nerviosa. Para Daniela se repite la historia del secuestro, pero en esta ocasión esta armada. Sabe los riesgos aunque el miedo está ahí; por desgracia pasa algo que viene a complicar todo: La señora Fuente, madre de Daniela se presenta en los laboratorios indignada porque ha descubierto que el contrato de su hija se renueva por tres años más con fecha de apenas unos días atrás, cuando ella ya tiene todo preparado para que ésta salga de México, según ella por seguridad pero en realidad quiere seguir teniendo el control de la vida de la chica. No sabe que por su causa alguien morirá este día.
El director la recibe en medio de una gran presión.
__Pase señora Fuente... es extraña su presencia aquí.
__Vengo a hablar de mi hija.  Seré clara Doctor: Me enteré que mi hija renovó contrato hace dos días.
__No le veo la peculiaridad.
__Mire: Mi hija no debe seguir trabajando en México, temo que le suceda algo terrible.
__Estoy de acuerdo en que su seguridad es lo más importante señora Fuente, pero tiene 28 años y sabe perfectamente lo que desea hacer. Disculpe que le diga esto pero algún día tendrá que enfrentarse a la vida con todas sus vicisitudes...
__¡No he venido a que me haga recomendaciones que no le pedí! ¡Quiero que me diga la forma de cancelar ese contrato, usted es la cabeza en este lugar!
__Cierto. Pero no me corresponde a mí. En todo caso a quién tendría que acudir es al área jurídica de la compañía, por supuesto con la autorización de su hija. Ahora me retiro, tengo mucho trabajo.
__Mi hija no sabe lo que hace.
__Yo no diría eso. Buenas tardes.
Antes de abandonar las instalaciones se escabulle hasta el laboratorio donde hace sus análisis su hija, lleva consigo un pequeño papel con numero de ubicación de mesa de trabajo; entró sin hacer ruido, pensando en voz alta.
__Sí comete un error en algo, la despedirán. Debió estudiar lo que le pedí, así evitaría todo esto.
Derrama unos frascos no clasificados en el piso y otros más incoloros e inodoros en la mesa experimental de tal forma que parece un lugar desaseado en extremo. Desaparece justo cuando Rebeca entra a buscar unos documentos, debido a sus heridas aún camina con dificultad, sobre el piso mojado, que debe estar seco por seguridad, resbala y cae de rodillas tocando con sus manos los químicos; siente dolor  intenso en las piernas,  las toca impregnando la zona, de aquello derramado. Sabiendo que puede ser riesgoso se lava las manos pero la sustancia está ya en su tejido infectando las heridas y recorriendo el torrente sanguíneo hasta su corazón. Rebeca es cardiópata y no lo sabe. Todo se engrana en tal forma que al salir rumbo a su oficina sufre un infarto fulminante, quedando muerta sin poder gritar por ayuda.
En esos momentos Cristian brinca una barda, pistola en mano. Su novia se encuentra sentada en el centro de un cuarto frente a una mesa, a su lado dos hombres con caras de pocos amigos la presionan para que les dé los códigos.
__Tengo que hacerlo con mucho cuidado, podría equivocarme.
El que parece más rudo la toma de los cabellos.
__¡Los necesitamos de inmediato, no tenemos tu linda paciencia!
__Está bien... los escribiré.
Cristian espera un momento escondido en un rincón. Acciona una pequeña grabadora; justo al momento la puerta se abre, uno de los tipos dice gravemente:
__Creo que el jefe llegó.
Daniela levanta la mirada lentamente. El profesor Bastos esta frente a ella, Todavía él sonríe.
__Buenas... noches Señorita Escorza.
__Así que es usted el jefe de estos asesinos.
__Yo diría que soy un hombre de negocios que necesita rodearse de las personas indicadas.
__¿Por qué precisamente a mí?
__¡Ay, niña por Dios usa la lógica! ¿Quién más podría acceder a los códigos de acceso a los procesamientos de psicotropicos? Una persona débil de carácter, que sus padres siempre han manejado con facilidad, no era difícil hacer que cayera. Desgraciadamente la gata resultó pantera y mató a dos de mis hombres. No importa, lo merecían por pend...
__También el Dr. Timerman lo sabía.
__Era más sencillo matar una empleada que estaba por terminar su contrato a matar al director de Laboratorios Omega México.
__¿Y qué pasaría si no le doy lo que pide?
__¡Pobre Bernardo... Cuando le propuse que me apoyara a cambio de una buena suma de dólares..!
__¿Cómo a Dora?
__Por supuesto. Pero el estúpido de tu amigo se negó y tuve que matarlo por que me amenazó con denunciarme ante el consejo de la empresa.
Cristian deja de grabar, amartilla el arma, estudia la posición de cada uno y... Dispara contra el que está alejado de Bastos, se repele al fuego de dos contra uno pero la chica saca la pistola encañonando a Bastos.
__No puedes matarme, hija. Sé que no tienes el valor para matar a otra persona indefensa.
Soltó el arma esperando que Daniela flaqueara.
__¡Vamos, niña! ... Nunca en tu vida has tomado una decisión para bien ó mal. Tus padres te han resuelto hasta lo que vistes y comes...cómo ahora te atreverás a matar a alguien.
__No me subestime Profesor, se sorprendería de lo soy capaz.
A continuación decidida dispara a una pierna. Bastos no puede creerlo.
__Las personas cambian todos los días, para bien ó para mal.
Cristian se acerca con el otro amagado.
__Voy a amarrarlos...
Escuchan una sirena. Sonríen.
En tanto Dora espera en el estacionamiento cuando Octavio la aborda.
__He venido por ti... te buscan en la entrada.
__¿Porque has venido tú?
__El mensajero no esta.
Al llegar al lugar Dora se detiene en seco al ver varios policías.
__Creo que es a ti a quién buscan.
__Pero...
La esposan mientras le dicen que esta arrestada.
Cuando todo se ha aclarado Daniela va a la casa de sus padres. Su madre la está esperando, no hay cordialidad esta vez al contrario, se avecina una tormenta.
__Supe que fuiste a los laboratorios... a tratar de deshacer mi contrato. Una compañera se infectó de una sustancia que estaba en proceso de análisis. 
El contagio le produjo un infarto... la encontraron muerta a las puertas de su oficina, nadie la pudo auxiliar.
La mujer no dice nada. Mantiene la vista fija en una foto de su hija. Daniela dice cada palabra como un clavo al cerebro de su madre.
__ENCONTRARON TUS HUELLAS EN MI LABORATORIO.
Luego sentencia.
__Afronta lo que viene... pero sin mí.
Sale con lágrimas en los ojos. Su padre llega en su auto, se baja dando un abrazo como cuando era una nena y la consuela.
__Yo me encargaré de esto, hija. Te lo prometo.
__Sería mejor que no. Que cada quien responda por sus actos de ahora en adelante.
Vuelve a su trabajo sintiendo que es otra persona y evoca lo que le dijera al profesor Bastos. Que las personas pueden cambiar todos los días para bien o mal. Cristian va a su encuentro tomándole la mano y depositando un hermoso anillo. Ella lo mira enamorada pero insegura y quiere decir que no, sólo que él se apresura a decir:
___ Yo sabré esperar... superaremos esto juntos.
Van abrazados rumbo a la salida de los laboratorios.


                                                                     FIN



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