Cristian
dice con voz pastosa al mismo tiempo que su vista se pierde
a través del cristal de su copa
__¡Yha she acabaron los refrescos... y todavía quedan dohs...
botellas de Ron!¡toman màsh que un bidón sin fondo!
Un grupo de jóvenes de entre 24 y 30
años están en una bohemia en un pequeño apartamento, cuando
Cristian intenta levantarse del mullido sillón. Parece que el
"reventón" será para toda la madrugada, pero las cervezas tomadas han
hecho su efecto. Sus ojos casi cerrados tratan de distinguir a los otros. Dos
están recargados en la cantina mientras tres chicas sentadas en el piso
levantan sus copas de refresco de cola con Ron. Daniela Escorza se levanta
seguida de Dora.Se despereza al tropezar con una silla. Ella y sus amigos
Bernardo Acosta, Cristian Ferrer, Dora Valencia, Rebeca de Soto y Octavio
Nemes, son empleados del laboratorio mas prestigiado de Estados Unidos, de
su filial en México.
Todos son químicos fármaco biólogos con excepción de Lula que es
administrativa. Ese fin de semana han acordado pasar la velada en la casa de
Dora ya que el lunes es día de descanso de ley y piensan pasarla de lo mejor
tomando y jugando para después irse de paseo a una playa del sur del país.
Ciertamente no hay nada de qué preocuparse, ninguno de ellos es casado ó
casada, todos son jóvenes sanos no mayores de 38 años. Daniela es la más chica
con 28 años y no puede imaginar siquiera que esa noche comienza la pesadilla de
su vida.
Daniela voltea a mirar a Bernardo y
dice al tiempo que trata de equilibrarse.
Nosotras___ dirigiéndose a Dora___iremos por los refrescos, así traeremos
algunas bolsas de papas.
Octavio Nemes el supervisor del
segundo turno las mira comenzando a burlarse.
__No podrán con tantas botellas.
__¡Claro que podemos! ... Entonces
dinos: ¿Quién te cargó hace dos semanas cuando caíste y no podías ponerte de
pie?
__No me acuerdo, de verdad.
__¡Cómo te vas a acordar sí estabas
bien... borracho!
Mientras salen, a sus espaldas se
oyen muchas risas.
Caminan varios metros a la avenida,
es más de la medianoche, el aire fresco llega suave al rostro de Daniela
haciendo que lo disfrute mirando al cielo.
__Bonita noche, pero hace frío.
Da cuatro pasos y baja de la
banqueta.
Al hacerlo un ruido la hace mirar
hacia su derecha; se aproxima un auto rápidamente. Se detiene... y el coche
también justo a su lado; dos tipos bajan de él amagando y subiéndola velozmente
sin dar tiempo a que Dora sepa que pasa.
Y queda ahí mirando solamente.
Cuando ha reaccionado grita. Todos salen al escuchar los gritos de auxilio.
Octavio abraza a Dora.
__¡Se llevaron a Daniela! ¡Se
llevaron a Daniela!
__¡Por dónde se fueron!
Dora señala al final de la
avenida. Los humos del
alcohol bajan de sus cabezas, Octavio y Cristian buscan a todo lo largo de la gran
avenida, aunque todo parece por demás inútil. No logran
encontrar rastro del vehículo. Regresan sintiéndose impotentes, deciden dar
aviso a la policía. Tiempo
después cerca de la frontera con el estado de Oaxaca, Daniela Escorza sale de
una inconsciencia provocada; el cuerpo le duele por la posición en la que ha
viajado y ahora por el suelo duro e irregular donde la han metido sus captores.
Pierde la noción de todo: Lugar tiempo y espacio, se tensa al máximo.
Respira profundo y mira el cuarto
pequeño.
La puerta es de madera muy gruesa
sin cerradura por dentro, del otro extremo de ella hay muchos cajones de cartón
apilados uno sobre otro, algunas ropas salen de ellas regándose a los costados,
huelen mal por la humedad. Es un lugar frío y silencioso, medio metro más
arriba de su cabeza hay una pequeña ventana sin protección. Como no está
maniatada se levanta cautelosa a revisar el cuarto, sus sentidos están alerta,
Sabe que el peligro es grande y en un momento dado tendrá que hacer lo que sea
para escapar. Escucha ruidos leves, se apea de las cajas. Ignora los motivos
por los cuales la han secuestrado, aunque trata de establecer alguna causa. No
la encuentra. Dinero no tiene, vive desahogadamente, pero eso es todo. Las
imágenes más horrendas pasan por su mente: Tortura, violación... Cierra los
ojos y dice en voz baja.
__Tengo que escapar como
sea...¡Dios,tengo miedo!
La puerta se abre de pronto.
Instintivamente se lleva las manos al pecho, el hombre que entra la revisa con
la vista de arriba – abajo. Y así sale diciendo en voz alta.
__Servirá... aunque será para unos
momentos, después...
Daniela se estremece de pánico y
comienza frenéticamente la búsqueda de una salida.
Busca entre las garras algo que le
pueda servir, toma varios pedazos de tela y ropas rasgando y uniendo con un
nudo. A continuación apila algunas cajas juntas, a la ventanilla. No hace
ruido, le preocupa saber que quizá no tiene tiempo. Como la ventana tiene un
cristal de una sola pieza, tiene que rellenar los costados con borra de la
misma tela, cubre su mano izquierda para romperlo; no puede esperar a averiguar
si del otro lado esta alto ó no. Antes de salir riega todo el cuarto con la
ropa más seca y le prende fuego.
Afortunadamente no le revisaron sus
pertenencias, trae consigo un encendedor, su cartera y otras cosas.
Entre los harapos encuentra unas
tijeras y las guarda. Mientras baja los músculos se contraen con dolor, están
por acalambrarse. Teme que la cuerda improvisada no resista sus 57 kilos. El
fuego se propaga con rapidez, ya para entonces los moradores de la casa se dan
cuenta de la situación. Aún ella escucha los gritos y reclamos, teme no salir
con vida de ahí.
__¡Apaguen este fuego! ¡Se
quema la casa!
Comienza la confusión. Entre todo
ello alcanza a escuchar el llanto de una mujer y pasos acelerados, se agazapa
bajo unos matorrales del jardín. Desde ahí mira como el fuego se apodera de la
casa de cuatro habitaciones en dos niveles. Varias chicas semidesnudas y
hombres armados salen en tropel cual caballos, de inmediato comienzan a
disparar al ver a Daniela, pero ella corriendo un gran riesgo alcanza a tomar a
una joven expuesta a los disparos, jalándola mientras trata de cubrirse. Las
dos mujeres echan a correr. Daniela se dobla un poco al sentir algo caliente en
la pierna izquierda, mientras la otra desafortunadamente cae muerta con varios
impactos en el cuerpo. La mira caer, de pronto no sabe qué hacer pero no tarda
en reaccionar, no espera a saber si ha muerto, lo único que la impulsa a huir
es su terror a que la capturen.
¡Corre, corre,corre..! Cae un par de
veces levantándose con mucha dificultad, la herida es sumamente dolorosa pues
la bala está ahí, alojada en su muslo. La tercera caída es más dura, su cara
golpea contra la saliente rocosa y se desmaya; está a merced de sus captores
que la buscan para matarla.
Pero tiene suerte.
A los primeros rayos del sol
en la mañana intenta incorporarse lastimosamente. Revisa sus lesiones y suspira
al ver que mueve la pierna y no ha perdido circulación, aunque esto no deja
para que el dolor siga. Por otro lado el rostro muestra ya los moretones de las
caídas principalmente, uno muy notorio en el maxilar inferior del lado derecho.
Traza una ruta y la sigue en línea recta; esta a muchos kilómetros de alguna
cuidad o poblado. Mira a su derredor, sólo ve montañas y sembradíos.
Después de muchas horas de
camino, pasando por riachuelos, colinas, caminos pedregosos, sale a una llanura
en donde a lo lejos se perfila una carretera, el sol de la tarde clarea los
montes con sus últimos destellos. Quiere parar un coche pero es una zona casi desértica, los pocos
transportes que pasan le miran indiferentes y siguen de paso. Un autobús de
pasajeros procedente de la ciudad de Puebla para, el chófer la mira
en aquellas condiciones. Daniela se aproxima, con dificultad le habla.
__... ¿Puede llevarme? Por favor, me
asaltaron.
El chófer titubea pero
acepta.
__Bueno, suba.
Los únicos pasajeros que se dan
cuenta de ella son dos mujeres que viajan en los primeros asientos.
Son de edad avanzada, al darse
cuenta le interpelan.
__¡Por Dios niña! ¿Qué te
paso?
__Me asaltaron... y se llevaron mi
coche.
El hombre dice, se siente junto a
él. Daniela interroga, quiere saber dónde está.
__¿Viene de la Ciudad de México?
__No. Vengo de Tesiutlán, Puebla.
Estamos saliendo del paraje los conejos, estamos entre el limite estatal de
Oaxaca y Puebla.
__¿Y... Hasta donde llega?
__Salina Cruz.
¡Estoy muy lejos!—dice en voz baja.
El autobús sale de carretera, toma
un tramo hacía la terminal de paso.
__Gracias por traerme.
El buen hombre le extiende unos
billetes.
__Espero le sirvan. Aunque sea para
comer algo y hacer unas llamadas.
__Gracias...de verdad.
Camina en busca de un
teléfono, la pierna le duele aún, espera haya un médico en aquel lugar.
Después de cuatro calles se introduce
en una tienda. Un anciano y su mujer atienden los anaqueles, el espectáculo que
ven es patético: Las ropas de la chica se enjugan entre sangre y tierra; sus
botas negras fuera del pantalón han adquirido un tono claro de tanto polvo y
lodo. Las manchas de sangre en torno a la herida hacen de los jeans grises algo
asqueroso al punto. Tal vez la camisa de algodón a cuadros es lo único que se
mantiene limpia. Camina hasta el mostrador donde está el teléfono.
Necesito el teléfono___dice al
hombre__espero sea público.
Hay silencio. Insiste.
__Necesito hablar para que vengan
por mí... pagaré la llamada.
La señora se aproxima cuando la
chica desespera.
__Pasa, muchacha.
Mira su pierna.
__¡Estas herida!
__Yo... sólo quiero...__No digas nada. Primero y antes que nada,
te tienen que revisar esa fea herida. Aquí tengo un pequeño botiquín, te
curaré. Cuando alguien se lastima por aquí vienen a verme, porque el médico
sale a otros pueblos. Ahora ha salido a atender un parto y parece que va tardar
más de la cuenta.
__No sabe como se lo agradezco.
Al intentar limpiar la herida la
anciana se da cuenta de algo.
__He ayudado muchas veces al médico
y esto no me gusta. ¿Que te pasó?
__... Me dispararon.
El gesto amable de la mujer cambia
de pronto y dice secamente.
__Habla por teléfono y vete cuanto
antes.
Daniela no dice nada y se encamina
al teléfono. Trata de comunicarse a la ciudad de México pero…
__¡Diablos, no sé cuál es la clave!
¿Oiga señor, Cual es la clave lada para la Ciudad de México?
__Ahí a tu derecha hay un directorio.
Cuando logra entablar comunicación
con el Dr. Timerman, Director General de los laboratorios...
__¡Daniela! ¿Dónde estas? La policía
te está buscando, todos estamos muy preocupados.
__¡Doctor Timerman, hable con mi
familia, diga que estoy bien...! Estaré bien.
__Bien, de acuerdo. Pero dime donde
estas para mandar por ti.
__En un pueblo de Oaxaca... Creo que
se llama La asunción.
__No te muevas de ahí. Diré a
Cristian y Octavio que vayan por ti de inmediato.
Daniela quiere replicar pero algo en
la calle llama su atención. Una camioneta Ford se detiene frente al negocio
colindante, la chica reconoce el vehículo. Lo ha visto al salir corriendo de la
casa de seguridad...
Y a uno de sus captores.
Lentamente cuelga el teléfono, pero
su cara es lívida.
__¡Tengo que esconderme!
Se aproxima el anciano.
__Tengo que irme¿Tiene una puerta
trasera?
Como él no dice nada lo sujetó de la
percha, violenta.
__¡Sí no me dice como salir, vendrán
a matarnos a todos!
Hace señas hacía la parte de atrás y
se aleja trastabillando por la puerta de despacho. Al cabo de unas horas
descubre el dispensario del doctor. Está cerrado, supone que aún no regresa.
Forza la puerta, y entra. Inmediatamente abre un anaquel y coloca un vendaje
muy apretado en su muslo, así evitando que siga sangrando. Comienza a
oscurecer,
Las últimas nubes
arreboladas dejan poco a poco el color naranja en los arboles, para
sumergirse en una oscuridad tenue.Lentamente se deja caer en el diván de la
consulta, va adormilándose hasta que un ruido la sobresalta. Atisba por la
ventana. Observa a dos hombres que caminan presurosos hacía el centro del
pueblo. Puede escuchar
lo que dicen.
__¡Asaltaron la tienda de los
viejos... parece que mataron a Don Ricardo!
Se tapa la boca con las manos para
no gritar, sabe bien que ha pasado. Escucha cuando la puerta se abre, da dos
pasos atrás. El hombre que entra es alto, moreno y de faz apacible, por la bata
blanca deduce quien es.
__Buenas noches. Por lo que veo no
esperó a que yo regresara.
__¿Viene usted de la tienda?
__¿Cómo sabes si provengo de ahí?
__Escuché... a dos personas...
cuando pasaron por aquí y decìan...
__Sí. Desgraciadamente el corazón le
falló al hombre.
__¡Murió del corazón!
__Un infarto fulminante. Debió ser
una gran impresión. Adelaida esta tan inconsolable que no sabe que decir.
El doctor parsimonioso acomodó sus
cosas mientras observa despreocupado la herida.
__¿Qué te pasó? Te ves mal.
Daniela repitió la misma historia
del asalto, a ella misma le parecía ridícula.
___Voy a revisarte las lesiones.
La chica lo mira decidida.
___ Le ahorrare tiempo que no tengo:
Traigo una bala incrustada en mi muslo, me dispararon de lejos.
El doctor suspira indulgente.
__En ese caso hay que sacarla ó la
hemorragia no se detendrá. Voy a pasarte a rayos para ver su posición. ¿Traes
algún tipo de arma?
__¿Qué? ... yo no...
__Está claro que tengo que atenderte. SOY DE LOS POCOS ESTÚPIDOS
QUE CREEN EN EL JURAMENTO DE HIPÓCRATES Y ANTES QUE EL DINERO, ME INTERESAN MIS
PACIENTES, AUNQUE NO SEAN PERSONAS DE LO MEJOR.
Daniela perturbada no atina que decir, obviamente el doctor piensa
que es una delincuente o algo peor y a pesar de creer eso está siendo generoso.
Aún él, inquiere.
__No me interesa saber porque te
dispararon, sólo quiero que te vayas cuando haya terminado.
Cerca de las doce sale de aquel
lugar caminando por la oscuridad para no ser vista.
Entre tanto en la ciudad de México
el panorama para sus amigos en los laboratorios no es muy placentero.
Los químicos de la sección 14 de
epidemiología hablan con el supervisor.
Hay tensión en el ambiente pues
saben que para acceder a los códigos más importantes es necesario que Daniela
los proporcione.
Bernardo entra a la oficina del
Doctor Timerman.
__Me mandó llamar.
__Sí. ¿Porque no se han reportado
Cristian y Octavio?
__Salieron con mucho retraso,
posiblemente ahora estén...
__¿Cuál retraso?
__Intentaron acceder a los archivos
de Daniela.
Timerman se molestó muchísimo.
__¡Claramente les dije que fueran a
recojerla, sólo Dios sabe por lo que este pasando! Es una muchacha hija de
familia__dice con más calma__que nunca en su vida ha tenido que enfrentar un
problema. Quiero que pienses que va hacer en esas circunstancias. Casi todo el
tiempo sus padres se encargaron de resolverle todos los asuntos que pudieran
ocasionarle un dolor de cabeza; no está preparada para enfrentar un caso de
vida ó muerte... Aunque sea la suya.
__Entiendo, pero si no conseguimos
los accesos a su archivo pronto, los procesos de las sustancias DELTA no se
procesaran a tiempo y tendremos que descomponer varios activos. Sabe lo que eso
significa.
Mientras sobre la carretera Cristian
acelera, trata de esconder su angustia cuando a su vez a Octavio le preocupa
que no vayan a provocar un accidente.
__Quiero llegar de una sola pieza,
Cristian.
__¡Daniela puede necesitar ayuda
urgente!
__Cierto, pero no se la vamos a dar
nosotros, si no llegamos.
Cristian voltea a verlo disgustado
pero reconociendo que tiene razón.
__Recuerda que ella sabe que vamos.
Nos está esperando.
Comienza a amanecer cuando el coche
Ferraro entra al pueblo donde hay poco movimiento. los pocos comercios apenas
suben cortinas y uno más atiende el puesto de artesanìas.
Octavio pregunta.
__¿Crees que este bien?
__Espero con toda mi alma que sí. No
entiendo porque la trajeron a este lugar tan... tiene todos los servicios pero
no hay gente en las calles.
En esos instantes del otro lado del
pueblo Daniela se levanta y echa a caminar, esta dolorida, con sueño y
desorientada. El lugar es algo grande, las calles son adoquinadas, con kioscos;
tal vez su población no supera los 3,000 habitantes pero como es ruta de paso
para el turismo cuenta con la infraestructura necesaria.
Al dar vuelta en una esquina
se encuentra de frente con uno de sus secuestradores.
__Volverás con nosotros. Después de todo
eres un obsequio.
Quiere abrazarla para inmovilizarla,
pero ella en un intento desesperado le araña el rostro y con la misma pierna
lastimada le propina un puntapié en la barbilla que lo hace caer hacía atrás.
La chamarra café deja al descubierto una pistola 45 y sin dudarlo se la
arrebata. Cuando el tipo se incorpora rápidamente Daniela ya le apunta. Antes
que reaccione dispara; Al caer al piso ya se encuentra en el infierno. La bala
penetra por la mejilla derecha.
Su cómplice, un hombre alto de barba
tupida y cara enjuta sube a su camioneta y la abalanza sobre la chica.
Queda petrificada, en el último
momento se tira al suelo evitando el atropellamiento; nunca suelta el arma. Se
levanta corriendo en dirección contraria a donde se encuentran sus amigos.
__¡No me abandones ahora, Dios mío!
Pero la suerte no está de su lado.
Al intentar disparar se da cuenta que el cargador esta sin balas. De pronto...
un silencio total. Tal, que sólo se escuchan algunos ladridos; Entonces siente
un brazo poderoso que rodeaba su cuello. Forcejea sin resultado.
__No hagas que te mate como a los
pollos... Esta vez no podrás escapar.
Es el mismo que intentara
atropellarla.
Con verdadera furia la arrastra
literalmente a un sitio semi- abandonado con su mano amordazando su boca;
mientras dice:
__¡Pagamos demasiado por ti...!
¡Nadie te espera, tus lindos padres se pasean ahora por Cancún! ...¿Y sabes
que? ¡También a ellos los vamos a matar!
Daniela ahoga un grito infernal. De
pensar que sus padres estuvieran en peligro los latidos del corazón se
apresuran, la lengua la siente tan seca, las manos duelen de tensar los
músculos. Como puede se zafa, toma un gran tablón golpeándolo en la cabeza una,
otra vez, hasta que no se mueve. La herida se abre sangrando nuevamente,
trastabilla atrás y al volver la cara ésta pega con algunos tubos dejándola
inconsciente casi encima del cadáver.
Cristian y compañía preguntan a
todos.
__¿Ha visto a esta persona? ¿Ha
visto a esta mujer?
__No hemos conseguido nada en todo
el día.
__¡Debe de estar aquí!
Timerman aseguró que este es el pueblo de donde habló. Debimos avisar a la
policía, seguramente quien ó quienes la secuestraron la estén buscando.
__¿Qué hacemos ahora? La gente no
sabe nada ó no quieren hablar.
__No lo sé. Falta una hora para que
oscurezca, sigamos preguntando. Esperemos encontrar algo.
Siguen caminando hasta que Octavio
descubre la tienda que ostenta un moño negro en la puerta.
__Ahora entiendo porque algunos no
desean hablar.
__¿De qué estás hablando?
__Soy de pueblo. En algunos lugares
el luto alcanza a toda la comunidad por que todos se conocen, muchos son
familias; ese moño es nuevo. Así que el duelo es de todos; y a eso agregamos
que dos extraños anden haciendo preguntas, resulta lógica su actitud.
__Entonces si necesitamos alojarnos...
¡Nos van a mandar al diablo!
__No te preocupes, habrá la forma de
ganarnos la confianza de alguien.
__Esta incertidumbre me está
matando.
Daniela sigue desmayada, mientras de
la cabeza del muerto sale sangre empapando todo a su alrededor.
Minutos después abre los ojos
lentamente, su mano izquierda nada en un charco púrpura; la mira horrorizada.
Voltea del otro lado y su cara queda a escasos dos centímetros de la nariz del
cadáver. A punto de explotar por la presión se levanta nuevamente. Esta vez se
queda ahí mismo en las ruinas de lo que parece una bodega; acuclillándose entre
dos enormes cajas de madera llora como nunca en su vida lo que ha hecho. Puede
leerse en una de las cajas a su costado la leyenda:”Made in México.”
Las calles se van quedando vacías a
esa hora: 07 horas pasado meridiano. El único sitio activo hasta entrada la
noche es la terminal de autobuses. Ahí llegan los químicos.
__¡No está en este maldito pueblo!
__No puedes asegurar eso.
__¡Tenemos todo el desgraciado día
buscándola! ¡Tal vez fue obligada a decir que estaba aquí y en realidad la
tienen quién sabe donde!
Salen a la calle.
__Será mejor que...
No termina la frase cuando veloz una
patrulla pasa a su lado haciendo sonar la sirena. Preguntan a un hombre que
viene en dirección contraria a donde la unidad policíaca diera vuelta.
__Espere señor, disculpe... ¿Qué
pasó allá? Vimos pasar una patrulla.
__Creo que encontraron un cuerpo.
__Un... ¿cuerpo?
El hombre dice con fastidio.
__Un m-u-e-r-t-o... ¿Ahora sí,
entendió?
Cristian quiere preguntar si es
hombre ó mujer, pero el tipo se va.
__Vamos a ver y roguemos a Dios que
no sea ella.
El lugar esta acordonado ya, la poca
gente se arremolina cuando dos policías largan a los morbosos.
__¡Vayan a sus casas, no tienen nada
que hacer aquí!
Cristian asomándose entre dos
mujeres dice al policía que está más cerca del cuerpo.
__¿Puedo identificarlo? Estoy
buscando a una amiga.
__No creo que sea ella... es hombre.
De todos véalo, a ver si lo conoce.
Corre la sábana. Cristian hace un
gesto de repulsión.
__No, no lo conozco y...
De pronto repara en que el muerto
sujeta en una mano una cadena muy fina con un dije en forma de una muñeca. Sólo
termina de decir.
__Pobre hombre...
Ase fuerte el brazo de su amigo y lo
obliga prácticamente a alejarse de ahí. Octavio se suelta molesto.
__¡Qué rayos...!
__El tipejo que mataron trae la
cadena de Daniela con el dije de muñeca que le regaló Dora el 14 de febrero.
__¿Y cómo sabes que lo mataron?
__Tiene un hoyo de bala en la cara.
No creo que sea de un piquete de abeja.
__Que chistoso.
__No seas buey, eso quiere decir
muchas cosas. Daniela está aquí, ese sujeto la perseguía y sí se enteran que la
buscamos... ellos nos encontraran. Pero ya estaremos avisando a la policía
Federal.
__Aquí hay policía.
__El secuestro es un delito Federal.
__Necesito salir más a menudo de los
laboratorios.
Mientras Cristian hace una llamada
por teléfono portátil Octavio descubre a lo lejos dos tipos que los observan a
su vez recargados sobre una barandilla de una banqueta, fumando.
__Cristian tiene razón, nos
encontraron.
Octavio le señala a los maleantes
con la mirada. Echan a andar sin mirar atrás. Quienes les siguen portan armas a
la cintura discretamente, su indumentaria era clásica de los rancheros que
viajan al Norte del país: Chamarras de cuero, botas de vaquero, cinturones anchos
y camisas a cuadros.
Sí. Son matones a sueldo. Lo que no
saben estos, es que a la llamada de Cristian se ha activado en la base de la
policía Federal cerca de ahí y están en camino al pueblo. Así que para cuando
Cristian y Octavio son encañonados ya dos unidades entran por la avenida
principal, pero sin ruido ni destellos.
En tanto Octavio se quita su
gabardina color vino arrojándola al suelo a petición de sus asaltantes.
Cristian hace lo mismo con la suya,
pero en el último instante la arroja a sus caras y aprovecha para derribar a
uno mientras Octavio golpea al otro con su puño en la cara. Sin embargo, una
pistola reluce ante ellos y escuchan la voz ronca.
__¡Te voy a matar hijo de…!
El policía Federal entra al parque
donde están y dispara certeramente cuando el matón lo descubre y le apunta. Cae
muerto en tanto el otro se rinde levantando las manos sobre la cabeza y
gritando.
__¡No me maten, ya solté la pistola,
no disparen!
__Necesitamos que nos diga donde
esta nuestra amiga. Se llama Daniela Escorza, es delgada de cabellos largos
rizados, blanca como de 1. 65, tiene 28 años. Estos tipos la secuestraron hace
tres días.
El oficial discretamente presiona
psicológicamente.
__Será mejor que digas sí sabes
algo. De este lugar a la comandancia Federal no tendrás atenuantes, tus delitos
son Federales, no hay fianza y...
__¡Está bien, está bien! …El
que le dicen” El astillado” vino con otro en una camioneta a buscar no sé a
quién.
__¿Porque nosotros?
__ Por la ropa pensamos que serían
buenos clientes.
__¡Desgraciado!
¿Que camioneta era? ___ pregunta
Octavio. En ese momento se acerca otro oficial.
__Es una Banner negra último modelo con placas de Texas, pero no
sé cuales sean.
El que ha llegado dice:
__Hay un aviso de esas mismas
características cerca de una bodega abandonada a la salida del otro lado del
pueblo.
Rápido se encaminan allá.
Cuando bajan de la patrulla el
silencio del lugar no augura nada bueno. Octavio contiene el aliento. Cristian
se adelanta buscando entre las sombras. Con una tenue luz de la calle puede ver
la figura de una mujer. Ella se levanta lento y llorando quedo, pensando son
los asesinos; pero al tener una visión más clara del lugar Cristian la
distingue mejor, con el asombro pintado en su cara. Es una chica herida, muy
sucia y llena de sangre.
Daniela al reconocerlo corre
con dificultad a abrazarlo.
Es tan fuerte que se escucha cuando
sus cuerpos chocan, al tiempo que Cristian la consuela. Inmediatamente la
trasladan al hospital más cercano seguidos de una unidad de la policía.
Días después al darle el alta la
llevan a la ciudad de México.
Un día lunes cerca de las 11 hrs.
Daniela camina por un pasillo de los laboratorios cuando se encuentra con
Bernardo.
__Me alegro que volvieras bien. Y
que bueno que nos diste los códigos de acceso a tiempo.
__Hicieron mucho por mí, se los
agradezco mucho.
__¿Para qué son los amigos, según
tu?
Cristian llega solícito.
__Hola. ¿Necesitas algo, Daniela? Lo
que sea.
__Gracias, de verdad. Estoy bien.
__Los dejo, voy a ver si Dora está
terminando el proceso de lidocaína.
La chica lo mira extrañada.
__Un momento Bernardo. ¿Qué… Dora no
es del nivel 16?
__Sí, pero desde que tú... Ya sabes,
me ha estado auxiliando en la descomposición Delta.
__¿Desde cuándo Dora tiene capacidad
para descomponer un químico tipo Delta? Para eso se necesitan por lo menos
cuatro años de experimentación de campo.
__No lo sé. Lo que sé es que lo hace
bien, y está autorizada por Rebeca.
Se miran entre sí.
__Creo que”tenemos” que hablar con
Rebeca.
La mencionada sale de la oficina del
Dr. Timerman cuando La intercepta Dora.
__Es necesario la salida de una
muestra.
__El Dr. Timerman me acaba de
revocar mi condición de supervisora hasta que se termine el proyecto Delta.
Dora finge no importarle aunque hace
un gesto de contrariedad.
__Puedo preguntar ¿por qué?
__Parece que no confía en mí.
Y se va.
Dora entra en el laboratorio y sigue
trabajando, nerviosa e inquieta. Entra Daniela y voltea al sentirla, al verla
tira un frasco de solución salina. Su visitante está tranquila, la mirada es
fija, escrutadora, mordaz.
__No quise que te asustaras. ¿Qué té
pasa?
__Lo... que pasa es que... no sabía
que habías vuelto.
__Regresé hoy apenas hace unas
horas. Bernardo me dijo que estás descomponiendo aditivos tipo Delta.
__Bueno... Estoy aprendiendo.
Daniela sólo se limita a mirarla y
sale dándole la espalda al tiempo que dice.
__No te equivoques, Dora Lis.
Esa noche Dos enamorados se
manifiestan su cariño en forma muy romántica en un café. Él toma sus manos
entre las suyas, mira sus ojos claros color aceituna cuando dice enamorado.
__Gracias por darme esta
oportunidad, cuando pasó todo eso...
__Cristian, no quiero hablar de
eso... Por lo menos no en un tiempo, por favor.
__Discúlpame. Aunque me gustaría
saber que hay detrás de todo lo que té pasó.
__No hagas arrepentirme de haber
cedido a tus pretensiones amorosas. Lo sentiría mucho porque eres demasiado
agradable para mí y... hace tiempo que esperaba que te acercaras, siempre
estabas metido en tu laboratorio, casi no hablabas hasta que comenzaste a
juntarte con nosotros y ese día en la fiesta...
__Hay algo que tengo que decirte
aunque no te agrade, después me corres si quieres.
La noche de la fiesta mire el reloj
de pared eran las 11: 45, cuando tú y Dora fueron a la tienda de la esquina.
__No tiene nada de raro.
__Deja que continúe. Cuando llegamos
al escuchar los gritos de Dora, eran las 12: 27, ella estaba a no menos de 500
metros de la casa, como no hubo movimiento en las calles a esa hora la pudimos
oír bien; lo menos que haces a pie hasta la Súper-tienda son cinco minutos.
Dora dice que todo sucedió muy rápido para darse cuenta de lo que sucedía
¿Entiendes ahora?
__Dora comenzó a gritar casi veinte
minutos después...¡Dios mío!
__Es demasiado extraño. Sospecho es
que Dora tiene algo que ver en esto. También esta el hecho que la hayan
cambiando a un nivel que no es su área.
__Mis padres están muy preocupados
por que siga trabajando en los laboratorios. Ayer tuve una discusión con mi
madre. Insiste en que debo irme a trabajar a Houston, allá tenemos amigos; le
dije que tengo que terminar mi contrato aquí.
__Supongo que no le dijiste toda la
verdad.
__Sería demasiado crudo enterarse
que su hijita querida, que antes no mataba una mosca ahora...
__Está bien, dejemos esto para más
tarde. Ahora te propongo algo. ¿Vamos a bailar?
__¡Estás loco! Traigo un traje
Sastre.
__De todos modos estas preciosa, y a
los otros que les importa si vamos desnudos.
La hace reír. Como en varios días no
esboza una sonrisa.
Al día siguiente Octavio habla con
Rebeca a la salida del café que se ubica dentro de los laboratorios.
__Necesito una autorización para
sacar dextrometorfano. Estoy por terminar mi proceso 4.
__No estoy en condiciones ya de dar
autorizaciones. Ahora quién se encarga de eso es la Dra. Cohen.
__Pero tú autorizaste a Dora a
trabajar en el nivel 16 cuando es de nivel 10.
__Es recomendada del Profesor
Bastos.
__Es uno de los accionistas de los
laboratorios.
__Así es. Lo que no entiendo es que
sí, es gente de buen nivel profesional, pero la metieran a un área donde ya hay
expertos. Deberías hablar con alguien más que no sea yo. En estos días tengo
mucho trabajo. Adiós.
Más tarde Octavio entra sin ser
visto al área de trabajo de Dora. Cristian le sigue de cerca.
__¡Qué diablos haces aquí!
__¡Shhh! Calla.
A continuación enciende la
computadora de escritorio, comienza a buscar algo que no sabe que es.
__Té estas metiendo en problemas.
__Es lo que digo de ti. No deberías
estar aquí.
__Bueno yo... Vine a buscar a Dora
pero...
En ese momento ambos miran la
pantalla.
__Aquí hay un archivo que no es del
programa.
Intenta abrirlo pero la computadora
pide la clave de acceso.
__¿Cuál puede ser?
__Probaré con varias.
__¡Puede ser una en cientos de
composiciones!
Al cabo de varios intentos logra
abrir el archivo.
__Octavio, es una forma de banco.
Ambos se miran incrédulos.
Cristian prosigue.
__Esta cuenta está a nombre de Dora
y tiene un deposito del 23 de mayo de este año, por ¡25 mil dólares!
Octavio piensa un instante.
__Ese día secuestraron a Daniela.
__Necesito sacar una copia de esto.
En ese instante Octavio mira hacía
el pasillo, ve que Dora se aproxima, pero casi por abrir la puerta es detenida
por el Dr. Timerman. Al entrar ella no encuentra nada fuera de lo normal y
sigue con su labor.
Las cosas están complicándose para
todos de alguna forma, incluso para los padres de Daniela, quienes una vez más
tratan de proteger a su hija pensando que es una chica débil de carácter.
La señora Fuente es de la alta
aristocracia con los prejuicios propios de su clase social, no así su esposo el
señor Escorza quién proviene de la clase media. Ella es ambiciosa; nunca ha
estado de acuerdo en que su única hija estudiase Química fármaco-biología;
hubiera querido que siguiera la carrera de su abuelo: Un gran maestro en letras
y literatura, reconocido internacional. No. Las metas para Daniela las ha
fijado ella desde los catorce años, y en ocasiones llegar ser un verdadero
fastidio para su hija.
Lo que a continuación pasa marca la
vida de muchos entre ellos los amigos de Daniela. La de ella ya está marcada y
aún le espera mucho por venir.
Un sábado por la mañana Rebeca,
Bernardo y Dora se reúnen en un pequeño jardín a las afueras del trabajo,
conversan animadamente dirigiéndose a la entrada cuando Bernardo cae al suelo,
muerto. Un auto sin placas de vidrios polarizados cruza frente a él y disparan
tantas veces que su cuerpo se desmadeja como un muñeco. Dora se cubre en un
buzón, pero Rebeca alcanza a ser herida en las dos piernas. La gente corre a
ellos, mientras un hombre habla por su teléfono sumamente nervioso.
__¡Es una emergencia, mataron a una
persona y hay heridos! ¡Sí, es una balacera... Estamos afuera de los
laboratorios OMEGA!
Entre tanto, dos mujeres de
intendencia corren a la calle. Daniela se da cuenta. Pregunta con angustia que
pasa.
__¡Les dispararon a unos empleados
de aquí!
Daniela se pone lívida y corre con
ellas. Cuando llega, las unidades de emergencia hacen su trabajo.
Se arrodilla junto al cuerpo de
Bernardo. Llorando cubre el rostro con la sábana, un policía la insta a levantarse;
se percata que Dora se escabulle entre la gente. La sigue hasta un callejón,
ahí Dora se quita la bata y después la blusa de seda. Abajo trae un chaleco
antibalas. Lo deposita en un bote de basura y regresa. Sólo que de frente se
encuentra con Daniela que le cierra el paso.
Sintiéndose descubierta no sabe que
decir.
__¿Estás bien, Dora? Vine a buscarte
porque te apartaste de pronto y pensé que querrías estar sola.
__Este... sí, de pronto me sentí mal
y quise vomitar... Todo fue tan rápido que...
__No te preocupes, sé por lo que
pasaste. “Recuerda que tuve la terrible experiencia de matar a alguien” y la
muerte es terrible.
Estas últimas palabras las recalca
con un gesto de sarcasmo extraño en ella. Sabe que sus sospechas y por lo que
acaba de descubrir no pueden ser evidencia así que calla todo. Dulcemente
conduce a Dora al interior de las oficinas recomendando a una compañera.
__Será mejor que le den un té ó un
calmante.
Su novio y Octavio llegan.
__Acaba de presenciar algo terrible,
debe descansar.
Me siento bien, de
verdad__dice Dora.
__Nada. Ve a casa. Debes prepararte
para cuando te llamen a declarar.
Cuando se la llevan los tres se
miran a los ojos tratando de adivinar sus pensamientos. Daniela es quién se
atreve.
__Tenemos que hablar muy seriamente
¿Saben lo que pasó allá fuera?
Octavio contesta indignado y
aguantando el llanto.
__Mataron a Bernardo.
__Los espero en mi casa cuando
salgan.
Cerca de la nueve de la noche ambos
suben al coche de Cristian rumbo a la dirección convenida, sin embargo, en un
semáforo un camión tipo correo se empareja y en la marcha intenta chocarlos;
Cristian maneja evadiendo postes, hay un momento en que piensa que volcarán;
afortunadamente dos patrullas permanecen en el siguiente alto y los
persecutores deciden largarse. Un oficial les recomendó:
__No pueden circular sólo con una
luz delantera.
__Es que chocamos... pero quedamos
con nuestros respectivos golpes y en este momento vamos a un presupuesto para
la reparación.
__Pues que sea un buen trabajo,
porque quedó muy golpeado de la parrilla.
__Gracias, oficial.
Después...
__Pongamos las cosas en orden ó me
volveré loca. Primero: Me secuestran no sé para que, porque no tenían la
intención de pedir rescate. Segundo: Matan a Bernardo a las afueras del
laboratorio, resulta lesionada Rebeca y descubro a Dora Lis quitándose un
chaleco protector que sólo usan los policías. Tercero: Tratan de chocarlos ó
quizá los quisieron secuestrar también a ustedes...¿Qué malditos nos está pasando, por Dios?
__Hay algo más...Descubrimos que
Dora tiene archivos personales en el laboratorio con cuentas de banco a su
nombre. Ninguno de nosotros gana tanto dinero, y en dólares.
__Tengo una gran incertidumbre en
torno a ella... pero no se puede probar. En los dos atentados anteriores y ahora,
estaba ella presente, en el primero tuvo que esperar casi media hora para que
alguien llegara a saber que pasaba...
__Sólo les dio tiempo a que se
alejaran.
__¡Cierto! Y en la muerte de
Bernardo se protegió.
__Tenemos que investigar por nuestra
cuenta y descubrir que está pasando. Por lo pronto Dora se convierte en la
primera sospechosa.
Octavio habla por los demás.
__Buscando no encontraremos nada,
mejor hagamos que nos busquen, de cualquier manera andan tras nuestro bello
trasero.
__Estoy de acuerdo contigo.
Consigamos una hermosa carnada__Dice refiriéndose a ella. A lo que Cristian
Grita que no.
__¡Ahora no te expondrás más,
recuerda todo lo que te pasó!
__¡No viviré tranquila con el
maldito miedo de sentir que vendrán por mí! ¡Yo maté a dos, pero en realidad
nunca detuvieron a los jefes de la banda, deben ser más y no creo que los que
atacaron hace un rato sean de la competencia!
__Está bien... Pero creo que aún,
debemos dar parte a las autoridades.
Pasan parte la noche planeando la
estrategia. Como llegan a la conclusión que los códigos de acceso al proyecto
Delta son la clave de todo aquello, también que Daniela y el Dr. Timerman son
los únicos que los manejan, deciden armar una trampa en torno a estos.
Al paso de los días parece todo
normal. Los empleados realizan sus jornadas sin aspavientos, la seguridad en el
estacionamiento es normal, después de la muerte de Bernardo; Rebeca convalece
en su casa sin complicaciones. Hasta que Ernesto Timerman manda llamar a los
químicos del área de control de Psicotropicos. Ellos son Daniela, Dora, Octavio
y Cristian. El rostro del Doctor tiene preocupación, ligeras arrugas marcan sus
ojos al entornarlos.
__Los mandé llamar para decirles
esto:
Los reactivos 897 que sirven para la
descomposición de fármacos tipo Delta fueron llevados a Nueva York.
Todos quedaron boquiabiertos.
__Como saben nos son indispensables
para terminar el proceso de análisis. Únicamente quedan tres anaqueles con 20
reactivos, son pocos pero con ellos terminarán los procesos que faltan.
Dora interrumpe.
__… ¿Porque se los llevaron, Dr.
Timerman?
__Fueron Ordenes de la oficina
matriz. Ellos terminarán lo que nosotros comenzamos. Por la misma situación
ahora Daniela les dará los accesos vía red en forma directa con un password.
Deberás hacer esto__dirigiéndose a ella__ a más tardar en 12 horas,
Daniela. Ya que los embarques ya se están realizando.
Daniela asintió.
__Es todo, señores. A trabajar.
Minutos después Dora habla por
teléfono en el estacionamiento. De lejos la observan desde la cafetería.
Creo que esa llamada es clave__dice
Cristian. Prosigue.
__Ahora tenemos que vigilar a
Daniela, seguramente van a intentar algo.
Yo vigilaré a Dora__dice Octavio.
Daniela cruza los pasillos que
conducen a la base de datos de las computadoras, la vigilancia no es problema.
Bajo la bata lleva una pistola dentro de la pretina; un hombre con uniforme de
electricista la alcanza antes de entrar, suavemente la toma del brazo y en voz
baja le indica que esta armado.
__Acompáñeme. Cualquier cosa que
diga ó haga que no me guste, y la mato... Y no importa si muero, eso le
demuestra que no tiene ninguna oportunidad.
Salen al estacionamiento como si
fueran dos amigos que platican. El tipo la hace subir a un auto Toyota seguidos
de lejos por Cristian. El Dr. Timerman temiendo que algo salga mal en los
planes decide avisar a la policía.
Octavio a su vez no deja de observar
como Dora toma un descanso fumando nerviosa. Para Daniela se repite la historia
del secuestro, pero en esta ocasión esta armada. Sabe los riesgos aunque el
miedo está ahí; por desgracia pasa algo que viene a complicar todo: La señora
Fuente, madre de Daniela se presenta en los laboratorios indignada porque ha
descubierto que el contrato de su hija se renueva por tres años más con fecha
de apenas unos días atrás, cuando ella ya tiene todo preparado para que ésta
salga de México, según ella por seguridad pero en realidad quiere seguir
teniendo el control de la vida de la chica. No sabe que por su causa alguien
morirá este día.
El director la recibe en medio de
una gran presión.
__Pase señora Fuente... es extraña
su presencia aquí.
__Vengo a hablar de mi hija.
Seré clara Doctor: Me enteré que mi hija renovó contrato hace dos días.
__No le veo la peculiaridad.
__Mire: Mi hija no debe seguir
trabajando en México, temo que le suceda algo terrible.
__Estoy de acuerdo en que su
seguridad es lo más importante señora Fuente, pero tiene 28 años y sabe
perfectamente lo que desea hacer. Disculpe que le diga esto pero algún día
tendrá que enfrentarse a la vida con todas sus vicisitudes...
__¡No he venido a que me haga
recomendaciones que no le pedí! ¡Quiero que me diga la forma de cancelar ese
contrato, usted es la cabeza en este lugar!
__Cierto. Pero no me corresponde a
mí. En todo caso a quién tendría que acudir es al área jurídica de la compañía,
por supuesto con la autorización de su hija. Ahora me retiro, tengo mucho
trabajo.
__Mi hija no sabe lo que hace.
__Yo no diría eso. Buenas tardes.
Antes de abandonar las instalaciones
se escabulle hasta el laboratorio donde hace sus análisis su hija, lleva
consigo un pequeño papel con numero de ubicación de mesa de trabajo; entró sin
hacer ruido, pensando en voz alta.
__Sí comete un error en algo, la
despedirán. Debió estudiar lo que le pedí, así evitaría todo esto.
Derrama unos frascos no clasificados
en el piso y otros más incoloros e inodoros en la mesa experimental de tal
forma que parece un lugar desaseado en extremo. Desaparece justo cuando Rebeca
entra a buscar unos documentos, debido a sus heridas aún camina con dificultad,
sobre el piso mojado, que debe estar seco por seguridad, resbala y cae de
rodillas tocando con sus manos los químicos; siente dolor intenso en las
piernas, las toca impregnando la zona, de aquello derramado. Sabiendo que
puede ser riesgoso se lava las manos pero la sustancia está ya en su tejido
infectando las heridas y recorriendo el torrente sanguíneo hasta su corazón.
Rebeca es cardiópata y no lo sabe. Todo se engrana en tal forma que al salir
rumbo a su oficina sufre un infarto fulminante, quedando muerta sin poder
gritar por ayuda.
En esos momentos Cristian brinca una
barda, pistola en mano. Su novia se encuentra sentada en el centro de un cuarto
frente a una mesa, a su lado dos hombres con caras de pocos amigos la presionan
para que les dé los códigos.
__Tengo que hacerlo con mucho
cuidado, podría equivocarme.
El que parece más rudo la toma de
los cabellos.
__¡Los necesitamos de inmediato, no
tenemos tu linda paciencia!
__Está bien... los escribiré.
Cristian espera un momento escondido
en un rincón. Acciona una pequeña grabadora; justo al momento la puerta se
abre, uno de los tipos dice gravemente:
__Creo que el jefe llegó.
Daniela levanta la mirada
lentamente. El profesor Bastos esta frente a ella, Todavía él sonríe.
__Buenas... noches Señorita Escorza.
__Así que es usted el jefe de estos
asesinos.
__Yo diría que soy un hombre de
negocios que necesita rodearse de las personas indicadas.
__¿Por qué precisamente a mí?
__¡Ay, niña por Dios usa la lógica!
¿Quién más podría acceder a los códigos de acceso a los procesamientos de
psicotropicos? Una persona débil de carácter, que sus padres siempre han
manejado con facilidad, no era difícil hacer que cayera. Desgraciadamente la
gata resultó pantera y mató a dos de mis hombres. No importa, lo merecían por
pend...
__También el Dr. Timerman lo sabía.
__Era más sencillo matar una
empleada que estaba por terminar su contrato a matar al director de
Laboratorios Omega México.
__¿Y qué pasaría si no le doy lo que
pide?
__¡Pobre Bernardo... Cuando le
propuse que me apoyara a cambio de una buena suma de dólares..!
__¿Cómo a Dora?
__Por supuesto. Pero el estúpido de
tu amigo se negó y tuve que matarlo por que me amenazó con denunciarme ante el
consejo de la empresa.
Cristian deja de grabar, amartilla
el arma, estudia la posición de cada uno y... Dispara contra el que está
alejado de Bastos, se repele al fuego de dos contra uno pero la chica saca la
pistola encañonando a Bastos.
__No puedes matarme, hija. Sé que no
tienes el valor para matar a otra persona indefensa.
Soltó el arma esperando que Daniela
flaqueara.
__¡Vamos, niña! ... Nunca en tu vida
has tomado una decisión para bien ó mal. Tus padres te han resuelto hasta lo
que vistes y comes...cómo ahora te atreverás a matar a alguien.
__No me subestime Profesor, se
sorprendería de lo soy capaz.
A continuación decidida dispara a
una pierna. Bastos no puede creerlo.
__Las personas cambian todos los
días, para bien ó para mal.
Cristian se acerca con el otro
amagado.
__Voy a amarrarlos...
Escuchan una sirena. Sonríen.
En tanto Dora espera en el
estacionamiento cuando Octavio la aborda.
__He venido por ti... te buscan en
la entrada.
__¿Porque has venido tú?
__El mensajero no esta.
Al llegar al lugar Dora se detiene
en seco al ver varios policías.
__Creo que es a ti a quién buscan.
__Pero...
La esposan mientras le dicen que
esta arrestada.
Cuando todo se ha aclarado Daniela
va a la casa de sus padres. Su madre la está esperando, no hay cordialidad esta
vez al contrario, se avecina una tormenta.
__Supe que fuiste a los laboratorios...
a tratar de deshacer mi contrato. Una compañera se infectó de una sustancia que
estaba en proceso de análisis.
El contagio le produjo un infarto...
la encontraron muerta a las puertas de su oficina, nadie la pudo auxiliar.
La mujer no dice nada. Mantiene la
vista fija en una foto de su hija. Daniela dice cada palabra como un clavo al
cerebro de su madre.
__ENCONTRARON TUS HUELLAS EN MI
LABORATORIO.
Luego sentencia.
__Afronta lo que viene... pero sin
mí.
Sale con lágrimas en los ojos. Su
padre llega en su auto, se baja dando un abrazo como cuando era una nena y la
consuela.
__Yo me encargaré de esto, hija. Te
lo prometo.
__Sería mejor que no. Que cada quien
responda por sus actos de ahora en adelante.
Vuelve a su trabajo sintiendo que es
otra persona y evoca lo que le dijera al profesor Bastos. Que las personas
pueden cambiar todos los días para bien o mal. Cristian va a su encuentro
tomándole la mano y depositando un hermoso anillo. Ella lo mira enamorada pero
insegura y quiere decir que no, sólo que él se apresura a decir:
___ Yo sabré esperar... superaremos
esto juntos.
Van abrazados rumbo a la salida de
los laboratorios.
FIN
Derechos
Reservados 11449-2015
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