UN NIÑO PUEDE SORPRENDERNOS CUANDO LE
DAMOS CIERTA... LIBERTAD.
…Un chamaco de dos años, bien listo. Se llama Irwin pero le dicen chachis; menudito, como 80 centímetros, blanco, de cabello rizado, ojos grandes y hermosos. Cuando ríe no asoman los dientes de enfrente porque como se chupa el dedo, que ya esta mas grande que sus cachetes, por lo mismo pues, parece que esta chimuelo como pánfilo la ardillita. ¡Cuando llora se cimbra la colonia, y todos salen corriendo esperando que se calle! Siempre anda en chanclas, como las señoras que van a la lechería muy temprano, solo le faltan los tubos en los cabellos largos que tiene hasta la nuca, el papá no quiere cortarle el cabello quesque es de mala suerte. Y sí, porque una vez se cayó, no veía por donde iba. Bueno, pues resulta que una vez en que sus papás no estaban, lo dejaron bien dormidito, según… pero como a la hora se levantó, se puso sus chanclas peluditas y buscó su mochila, una chiquita que apenas le cabe un zapato, y echó un biberón, un suéter y una sonaja…
¡Y que abre la puerta de la casa! Como
su mamá olvidó las llaves, chachis las encontró, como no alcanza la cerradura
nada mas las colgó según él, cerrando. Luego se fue para el jardín de la casa
arrastrando la mochila, chupando su dedo. Le gusta el sabor. Hasta que una vez
su papá se lo embadurnó de chile piquín de esos bien súper picosos para que
dejara de chuparse el dedito y vaya sorpresa; cuando fue a ver a su cuarto,
estaba sentado sobre las almohadas de su cama lamiéndose el dedo una y otra vez
como una paleta.
El papá se enojó y dijo___ ¡Deja de chuparte ese dedo!
Chachis movió la cabeza, diciendo que niguas, estaba su dedo bien
sabroso aunque le picara a cada chupada. La pirinola con patas…digo, el
chachis, se encontró al perro y lo regañó (quien sabe que le dijo porque
todavía no habla, nada más dice papá, mamá y a su primo Miguel le dice iyei)
total que el perro se fue con la cola entre las patas. Siguió su camino en pos
de conquistar el mundo; mientras no saliera de casa todo estaba bien, pero para
él la inmensidad era mucha, así que no sabía para donde ir. Hasta que salió su
abuelo y quiso llevarlo dentro. No quiso y sacó el biberón. Le apuntó y
disparó…pius, pius, pius y se salió la baba entre sus pocos
dientes.
Se deshizo del obstáculo y ahí se fue con los pelos parados por
haberse levantado de pronto. Llevaba un calzoncito azul y una playera de un
trenecito, los calcetines hechos bolas dentro de la chancla; pero ni modo, era
la moda. Al poco de caminar encontró un bicho de muchas patas. Se agachó para
verlo de cerca; ¡era un ciempiés enorme! Calzaba del patorce, y hasta corbata
llevaba. Al dar vuelta en un árbol se le cayó un zapato, chachis quiso probar a
ver si le quedaba pero aunque tiene pata de llavero pues no le quedó y enojado
le aventó el zapato al ciempiés, le hizo un chichón en la frente al pobre. Como
tenía hambre miró que traía en su mochila. Nada. Las tripas le sonaban como
gruñidos de cochino; y que se asoma al chiquero de los marranos. Los animales
le veían con curiosidad, quien sabe que se decían entre ellos pero se reían
mucho; los marranos se ríen, a todas horas, porque viven entre la suciedad y no
se bañan y cuando lo hacen les da mucha tos. Enojado otra vez el chachis
comenzó a aventar piedras al corral; hasta que los cantos del gallo lo
distrajeron. El emplumado amigo estaba encerrado en una casa de reja y no podía
salir. Como despistado, que agarra el chamaco al gallo de la cola y jale y jale
y jale, le arrancó todas las plumas del rabo. ¡Pobre gallo! ¡Ese niño era un gánster!
No podía ya cantar y solo gritaba:
___ ¡ki, ki, ki… kiero mis plumas!
¡ki,ki,ki…kiero mis plumas!
De pronto… ¡los ruidos callaron, la
oscuridad se hizo presente bajo las ramas de los arboles! ¿Que estaba pasando?
… Su mamá le tapaba la luz del sol. Lo
había encontrado.
___ ¿A dónde crees que vas, muchacho
condenado?
Dijo que quería ir al súper por un
dulce.
Dulce va a ser la nalgada que te voy a
dar__ dijo la mamá
__ por salirte sin permiso.
Chachis se puso a llorar a todo lo que
daba, las gallinas dentro de un corralito saltaron espantadas ante los berridos
del niño. Y que se lo lleva a la casa a cambiar el pañal porque se estaba
echando a perder. El olor a caca hizo huir a un gato que lo seguía.
Cuando le cambiaron de pañal su mamá
le ordenó tirarlo en la basura, pero en vez de hacerle caso lo llevó a su primo
Miguel y en un descuido, se lo aventó en la cara. Miguel gritó y luego vomitó
ensuciando la ropa. El chachis se reía, tanto que parecía tanque de gas con
fuga, Prrr,prrr,prrr.
Al otro día lo llevaron con el
pediatra a revisión. El doctor dijo que estaba flaquito pero era normal, estaba
creciendo. En la plática se escabulló al pasillo y dos veces la agarró como
pista de carreras; la tercera iba pasando otro niño y que chocan de frente.
Chachis salió bien, pero el otro lloraba como sirena de la cruz roja, y
entonces le soltó otro trancazo con su zapato para que se callara. Las mamás se
llevaron cada una a sus escuincles, chachis estiró la mano cuando salían de la
clínica cerca de un puesto de dulces, y cuando entraron al transporte llevaba
una paleta como para chupar diez años; no la soltaba y no y no y no. Hasta le
pegó a la señora de al lado nomas porque le dijo:
___ ¡Ay, que niño tan precioso!
El acabose fue cuando al llegar a casa, su hermano mayor la vio.
Como estaba decidido a no compartir comenzó a correr alrededor de la sala como
correcaminos, entonces Kevin se sentó en el marco de la puerta haciendo
pucheros, tan lastimosos que el moco llegaba hasta el suelo. Chachis lo vio y
su corazoncito se estremeció de ternura; Generosamente le convidó, pues rompió
la paleta de un azorrajon en el suelo y todas las partes volaron arriba de los
sillones. Tomó un pedazo y se lo puso en la boca del hermano. Era convidadito,
obediente y responsable. Cuando le decían___ esto a la basura___ lo hacía
raudo. Cuando su papá llegaba del trabajo le acercaba las chancletas. Una vez
le grité a mi hijo de 11 años que guardara sus zapatos, pero creyó que se lo
decía a él. A duras penas podía con los zapatotes llevándolos a la
caja de guardar. Cuando quiere ir a algún lado nomas levanta la mano diciendo
adiós y ya.
Al otro día que desplumó al gallo, su
papá compró un perrito para mascota. Chachis se subió en el lomo y lo arreaba
de las orejas. Hasta que el canino le mordió el dedo que se chupaba y solo así
lo dejo tranquilo. Después de ese momento ya no se chupó el dedo por la gasa
que le puso el doctor. Pero cada vez que salía al jardín metía la mano en la
casa del gallo y le picaba el rabo, esto le causaba mucha gracia. Pero también
fue calmado de un picotazo en la manita.
Ya entrada la tarde, se le puede ver
acostado con las nalgas para arriba y el dedo de chupón, soñando bonito creo yo
porque hasta se sonríe a veces. Cuando está en la lela viendo la televisión,
cruza la pierna elegante. Solo le falta el negrito que le sople con una palma y
pida un vaso de leche en las rocas. Y al otro día… bueno, los niños chiquitos quieren explorar el
mundo. Aunque no sepan a donde van y además sean chupa dedos.
FIN
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